Mientras escribo esto seguro que están ya preparados los jóvenes con sus pañuelos de peñas, los sacerdotes terminando la Misa y los más en la plaza, esperando la traca de este 2006. Ojalá el afecto que se muestra hoy por Jesús Nazareno se manifestara todo el año. Esos aplausos que recibirá cuando se de la vuelta para despedirse del pueblo antes de entrar en su Ermita, que muestren desde este comentario mi admiración por el hombre Jesús y por el Cristo. Que vivan los adnamantinos y Jesús Nazareno. Adelia, desde Tenerife.