Arenillas
Arenillas es una pequeña localidad de Soria, situada a unos 60 Km. De Soria capital y a 40 km. Del Burgo de Osma. Tierra de labranza y cereal, paisaje abrupto salpicado de rebaños de ovejas, destaca por su "olor a pueblo", las hospitalidad de sus vecinos y ese encanto que guardan esos lugares por donde parece no haber pasado el tiempo. En Arenillas se respira paz y un grato olor a esencia de espliego, es precisamente la siega de este un motivo de reunión y fiesta para vecinos y forasteros. Llegada la primavera, Arenillas despierta del letargo del duro invierno, recobrando la alegría de casas abiertas y el olor a pucheros en la lumbre. Sus calles se llenan con la vuelta de los emigrantes de aquellos duros años sesenta y setenta, hijos de un pueblo que se fueron con la esperanza de una vida mejor y que ya peinan canas. En los meses de julio y agosto, Arenillas sonríe, vuelven a correr por las calles os "chiquitos", riendo y saltando, disfrutando de una libertad que solo en un sitio así se puede vivir. En el mes de agosto se celebran las fiestas patronales en honor a San Cipriano y Santa Justina, que en realidad son en septiembre pero hace ya tiempo que se trasladaron al verano para atraer a los veraneantes. Es cierto que se están perdiendo esos veranos en toda la comarca, meses de pueblos llenos de gente y verbenas, los trabajos y las ganas de explorar otras tierras han hecho perder un poco aquellos meses de agosto en los que los de mi generación soñábamos año tras año. Ya a finales de septiembre se celebra la segunda fiesta, mas recogida y en familia donde se reúne todo el pueblo para cenar en la "Casa del Curato", y bailar después al son de jotas y pasodobles. Arenillas es un destino muy recomendable que merece la pena visitarlo, allí puedes ver y sentir cosas que no olvidaras fácilmente. - Arenillas.
Arenillas es una pequeña localidad de Soria, situada a unos 60 Km. De Soria capital y a 40 km. Del Burgo de Osma. Tierra de labranza y cereal, paisaje abrupto salpicado de rebaños de ovejas, destaca por su "olor a pueblo", las hospitalidad de sus vecinos y ese encanto que guardan esos lugares por donde parece no haber pasado el tiempo. En Arenillas se respira paz y un grato olor a esencia de espliego, es precisamente la siega de este un motivo de reunión y fiesta para vecinos y forasteros. Llegada la primavera, Arenillas despierta del letargo del duro invierno, recobrando la alegría de casas abiertas y el olor a pucheros en la lumbre. Sus calles se llenan con la vuelta de los emigrantes de aquellos duros años sesenta y setenta, hijos de un pueblo que se fueron con la esperanza de una vida mejor y que ya peinan canas. En los meses de julio y agosto, Arenillas sonríe, vuelven a correr por las calles os "chiquitos", riendo y saltando, disfrutando de una libertad que solo en un sitio así se puede vivir. En el mes de agosto se celebran las fiestas patronales en honor a San Cipriano y Santa Justina, que en realidad son en septiembre pero hace ya tiempo que se trasladaron al verano para atraer a los veraneantes. Es cierto que se están perdiendo esos veranos en toda la comarca, meses de pueblos llenos de gente y verbenas, los trabajos y las ganas de explorar otras tierras han hecho perder un poco aquellos meses de agosto en los que los de mi generación soñábamos año tras año. Ya a finales de septiembre se celebra la segunda fiesta, mas recogida y en familia donde se reúne todo el pueblo para cenar en la "Casa del Curato", y bailar después al son de jotas y pasodobles. Arenillas es un destino muy recomendable que merece la pena visitarlo, allí puedes ver y sentir cosas que no olvidaras fácilmente. - Arenillas.