EN MEMORIA DE MI ABUELO:
Un pobrecito gallego,
Natural de Pontevedra,
Viene en busca de trabajo,
Le suceden mil tragedias.
Al entrar en Barcelona,
Le dió un cólico de hambre,
Y las nobles catalanas,
Concurrieron a auxiliarle.
Unas traían cebollas,
Y otras ajos y pimientos,
Y otras un caldo sin grasa
Para darle de alimento.
Con estos ricos manjares,
Pronto se restableció,
Y de provincia en provincia,
Pudo entrar en Aragón.
Al entrar en Zaragoza,
Otro cólico le dió,
Fué pedir una limosna
A un estudiante guasón
Que por reirse de él,
A una fonda lo llevó.
Y le ha dicho: galleguico,
Véngase usted a esa fonda,
Que yo vendré a pagar
Todo lo que usted se coma.
El gallego se subió,
Y le pidió de comer,
Y se comió tres conejos
Y seis docenas de huevos.
De vino no digo nada,
Seis azumbres se tiró,
Y además café y puro
Para hacer la digestión.
Muy ligero el camarero,
Pronto le trajo la cuenta,
Y en total importaba
Setenta y cinco pesetas.
Caramba dijo el gallego
Y ahora que no tengo un cuarto,
Pero me dijo un estudiante
Que lo que yo me comiera,
Que él vendría a pagarlo.
El gallego disgustado,
Se dió un porrazo en un ojo,
Y encima de esto todo,
Le sacudieron el polvo.
A los que van por el mundo,
Un consejo les daré,
Que si no llevan dinero,
Que no pidan de comer.
Un pobrecito gallego,
Natural de Pontevedra,
Viene en busca de trabajo,
Le suceden mil tragedias.
Al entrar en Barcelona,
Le dió un cólico de hambre,
Y las nobles catalanas,
Concurrieron a auxiliarle.
Unas traían cebollas,
Y otras ajos y pimientos,
Y otras un caldo sin grasa
Para darle de alimento.
Con estos ricos manjares,
Pronto se restableció,
Y de provincia en provincia,
Pudo entrar en Aragón.
Al entrar en Zaragoza,
Otro cólico le dió,
Fué pedir una limosna
A un estudiante guasón
Que por reirse de él,
A una fonda lo llevó.
Y le ha dicho: galleguico,
Véngase usted a esa fonda,
Que yo vendré a pagar
Todo lo que usted se coma.
El gallego se subió,
Y le pidió de comer,
Y se comió tres conejos
Y seis docenas de huevos.
De vino no digo nada,
Seis azumbres se tiró,
Y además café y puro
Para hacer la digestión.
Muy ligero el camarero,
Pronto le trajo la cuenta,
Y en total importaba
Setenta y cinco pesetas.
Caramba dijo el gallego
Y ahora que no tengo un cuarto,
Pero me dijo un estudiante
Que lo que yo me comiera,
Que él vendría a pagarlo.
El gallego disgustado,
Se dió un porrazo en un ojo,
Y encima de esto todo,
Le sacudieron el polvo.
A los que van por el mundo,
Un consejo les daré,
Que si no llevan dinero,
Que no pidan de comer.