Llamada así por los dos
Cristos presentes en el
retablo. Uno Crucificado, de mediados del s. XVI, y otro, yacente, del siglo XVII, atribuido a la
escuela de Gregorio Fernández. La lápida de pizarra en el suelo, señala el lugar de enterramiento de Fray Tomás de Berlanga, tercer obispo de
Panamá y descubridor de las islas Galápagos.