Ay Carmen ¡
Los veranos de los 60 en Blacos eran casi siempre una sucesión de trámites que se vestían de novedades y que provocaban un ambiente de excitación para los que pasaban todo el año allí. Y en ese tránsito de idea y vuelta, en mi memoria se ha mantenido siempre la llegada de Carmen y Protasio a la casa del rincón, en la que todavía vivía la abuela Bernardina. Al principio solo eran cuatro los que llegaba, Carmen, Tasio, Raúl y Ricardo. Años después casi tenían que alquilar el autobús ... (ver texto completo)
Los veranos de los 60 en Blacos eran casi siempre una sucesión de trámites que se vestían de novedades y que provocaban un ambiente de excitación para los que pasaban todo el año allí. Y en ese tránsito de idea y vuelta, en mi memoria se ha mantenido siempre la llegada de Carmen y Protasio a la casa del rincón, en la que todavía vivía la abuela Bernardina. Al principio solo eran cuatro los que llegaba, Carmen, Tasio, Raúl y Ricardo. Años después casi tenían que alquilar el autobús ... (ver texto completo)