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Mejores mensajes de BLACOS:
Sólo es una reflexión

A estas alturas ya ni las gotas de lluvia provocan nostalgia. Ni los recuerdos apelan a nuestra memoria, ni quedan luces que alumbre el camino que acorta distancias., A estas alturas la vida es casi siempre el mismo acto repetido. Puede ser bueno o malo, pero es el mismo repetido. El año 2020 se parecía a esa tortura del palo y la zanahoria. Parecía que todo acababa cuando en realidad volvía a empezar, y llegaba un momento en el que algunos pensábamos que el mejor día fue ... (ver texto completo)
El carro de mi padre.

Aló!. Quién está por ahí?. En el desierto es complicado llenar la cantimplora o encontrar un oasis pero en este lugar ambas cosas son sencillas.

Pero hoy voy a hablar de medios de transporte; de este conjunto fotográfico de Raúl quiero destacar el carro como predecesor del remolque. Motorizado por caballerías, servía para acarrear de la mies, los vegetales, herbáceas, la leña, el ciemo, etc. Los niños encima si salían también al campo. Mi hermano Ismael se cayó desde lo ... (ver texto completo)
Lucía

Lucía, tus recuerdos permanecerán presentes en un rincón de mi nostalgia, porque el olvido siempre será más débil y no borrará los recortes de esa vida que compartimos en las calles de Blacos, o pegados al hilo telefónico que manejaste con maestría durante unos años. Tu recuerdo, como el de tantos otros que ahora no están, siempre vagará vívido por la memoria de aquellos que te conocimos.
Muchos o algunos de los que lean esto, no sabrán quien eres, ni siquiera recordarán tu nombre, porque ... (ver texto completo)
Andrés.

En esa última batalla que nunca acaba en victoria, Andrés peleó con ahínco por asomarse a un nuevo año, por coger aire para un nuevo aliento, pero los últimos días del calendario se habían convertido ya en una mancha borrosa por las lágrimas del dolor y la despedida. Y se enfrentó a esa lucha denodada con la discreción y sencillez con la que manejaba el timón de su vida, pero al mismo tiempo con esa tenacidad que había gobernado sus días, con ese brío con el que siempre se enfrentó a la adversidad y también con ese ímpetu que lo llevó a superar las inclemencias de unos años reacios a las facilidades y a la generosidad.
Andrés no era un hombre dado a la presencia y locuacidad de otros. Quizás yo por eso recuerdo su silueta perfilada por el sol de media tarde, en cualquier lugar del monte, ataviado con gorra y manta, si hacía frío, para vigilar el pasto de su rebaño y conducirlo por los lugares y vericuetos más propicios para su alimentación. Y en esa soledad inmensa del campo siempre que nos cruzábamos manteníamos conversaciones más o menos largas, según las exigencias de su labor. Era un hombre sencillo, afable y cordial, del que nunca oía un mal comentario ni una negativa apreciación de nadie. Como ya he dicho en alguna otra ocasión, tengo la certeza de que era un hombre para adentro. Uno de esos seres que marcaba su territorio en torno a su familia, a su casa y a su trabajo. Fuera de ese ámbito no parecía tener demasiados intereses que fueran más allá. Cuando volvía del campo, era difícil verlo lejos de su casa y alejado de los suyos. Por eso resulta más complicado tejer una semblanza de un hombre que no buscaba nunca, ni pretendía jamás, ser el centro de atención de conversaciones o charlas de ningún tipo.
Y como vivió se fue. En silencio, sin estridencias, rodeado de los suyos, de todos los suyos, que al final eran su mundo. Y de muchos más que quisieron reconocer con su presencia el dolor por una despedida de alguien que, para mí, era uno de los pocos embajadores de ese Blacos de mi infancia, de ese ser simpático en las distancias cortas, reservado pero amistoso siempre que te lo encontrabas en cualquier recodo de su vida. Cuando su casa era una parada obligatoria en el viaje desde la escuela hasta la fuente para llenar el botijo, siempre te encontrabas una frase risueña y positiva.
Yo seguiré viendo esa silueta recortada en el sol de la tarde, dibujando una sonrisa permanente.
Hasta siempre Andrés. ... (ver texto completo)
Un año más. Día del Alzheimer

“ El Alzheimer es esa enfermedad que nunca olvida una caricia”
Estamos a punto de celebrar un año más el Día Mundial del Alzheimer. Y dentro de esa tormenta de dolor, a veces caen pequeñas gotas de alegría que contribuyen un poco a desdramatizar la tragedia. Una de ellas puede ser esa frase con la que encabezo el texto y que tiene más valor por quién la pronuncia, una cuidadora que convive a diario con estos enfermos y que valora con su experiencia el esfuerzo y ... (ver texto completo)
Memoria contra el olvido

Es un recuerdo más que un compromiso. Pero también es una necesidad individual mantener viva en mi memoria la memoria de aquellos que la perdieron en el olvido. Hoy probablemente todos nos volvemos a acordar que es el Día del Alzheimer. Bueno todos no, ellos no se acuerdan ni de esto ni probablemente del día de la semana, sobre todo aquellos que están ya subidos en el tobogán de la oscuridad. Y recodar que día es hoy es bueno, muy bueno, entre otras cosas porque contribuye a dar una mayor visibilidad a una enfermedad que hace saltar todas las costuras sociales y empuja a enfermos y familiares a un aislamiento y a veces a un desamparo que va más allá de la desesperación porque no aparezca ese medicamento milagrosos que permita suavizar el sufrimiento. Y también porque otro de los problemas es la negación de una enfermedad que crece y se extiende, y a la que hay que ponerle cara y nombre para saber siempre a qué nos referimos. Este año se reivindica un tratamiento global del alzheimer, que reconoce una vez más que el problema afecta a muchos más que al enfermo. Ellos cuando pierden la memoria ignoran la esperanza de la ayuda, el cuidado, el apoyo. Pero los que están a su lado tienen que luchar contra esa desesperanza, contra la soledad, a veces contra la incomprensión, y siempre emprenden una batalla contra sus propias angustias y ansiedades, y no siempre consiguen la victoria. Y es que el alzheimer es una enfermedad en la que no hay victoria. Lo que se trata, de momento, es que tampoco haya resignación. ... (ver texto completo)
Carmen

Hace ya un tiempo que se fue, en ese año aciago para una familia que ha sabido mejor que nadie que es eso de, “annus horribilis”. Carmen era hermana de Angelita, Sixto, Isidro y Mariano. Hubo muchos veranos en que su presencia era fija en Blacos y sus tres hijos formaban parte de los grupos de amigos que poblaban esos agostos inolvidables. Mujer reservada y plegada en su propia sencillez, a mí me recuerda a la cara b de los discos de vinilo que se mareaban de tantas vueltas en los bailes ... (ver texto completo)
No quiero dejar pasar esta oportunidad para agradecer de todo corazón las palabras dedicadas a mi madre y tíos en este foro.
Aprovecho también para hacer mi propia reflexión sobre el pueblo y sus gentes. Un pueblo que no dispone de grandes edificios o instalaciones, de inmejorables caminos e infraestructuras... pero tiene algo que cuántos quisieran... encanto, y en ese término, gran parte de culpa, la tiene la gente, que de una manera u otra, forma parte de él.
En mi caso, mis presencias, son muy ... (ver texto completo)
Carmen

Hace ya un tiempo que se fue, en ese año aciago para una familia que ha sabido mejor que nadie que es eso de, “annus horribilis”. Carmen era hermana de Angelita, Sixto, Isidro y Mariano. Hubo muchos veranos en que su presencia era fija en Blacos y sus tres hijos formaban parte de los grupos de amigos que poblaban esos agostos inolvidables. Mujer reservada y plegada en su propia sencillez, a mí me recuerda a la cara b de los discos de vinilo que se mareaban de tantas vueltas en los bailes ... (ver texto completo)
Las Tres Playas de su Vida. Eneko, nunca estarás solo (inoiz ez zara bakarrik izango)

A veces me duele el corazón, y el alma, cuando me pongo a escribir. Y hoy es una de ellas. A veces me tiemblan las manos cuando me pongo a escribir, y hoy también es una de ellas. Lo único que se me ocurre es abrir mi corazón y tender mis manos para compartir una angustia que se acelera con el paso de las horas y que llena de miedo cualquier futuro, por muy cercano que sea. Mis sentimientos se envuelven con los ... (ver texto completo)
Cuando alcemos los ojos al firmamento veremos otra pequeña luz. Fijaros bien. És tu Luz Enero. Agus.
El Batán

Estaba buscando tiempo para escribir algo que me ayude a superar el síndrome de las ausencias, y casi sin darme cuenta me he dado de bruces con el otoño, esa estación que siempre vive en la periferia de la depresión y que sólo se alimenta de los colores más oscuros de la paleta de la vida. Vamos, una combinación perfecta para derrochar alegría y optimismo. Hace días que estoy leyendo un libro que cuenta una historia anterior a la Edad Media en una zona fundamentalmente dedicada a la cría ... (ver texto completo)
Lo siento, lo siento de corazón. Hasta siempre gordito
Título: La página en blanco
Hola, Qué tal? Soy tu amiga la página en blanco. Espero que al recibo de esta te encuentres bien de salud y de escritura. Yo bien, pero con el deseo permanente de poder abrazarte... y algo más.

Quizás veas en mí un aspecto ajado y decadente, con los bordes amarillentos por el paso del tiempo, y con mis líneas temblando de soledad. Es cierto, ya tengo una edad, una edad en la que todas mis compañeras están llenas de líneas, repletas de palabras y con una familia numerosa ... (ver texto completo)
Título: Va Bene

Va Bene. Va bien, aunque quizás lo que hay que decir en este momento es, Ya está bien. Y más que tres palabras es un sentimiento que ya empieza a pesar en mi generación, que comenzamos a transitar por caminos de soledad al albur de los vientos de pérdidas continuas y rodeados de la angustia de despedidas eternas. Es difícil hablar de Bene, viuda de Paco y madre de Milagros. Y la dificultad no la determinan las palabras, sino que viene marcada por su propia forma de ser, al menos ... (ver texto completo)
Título: Leocadio. El último verano

Ayer en Blacos el sol barría de manera inclemente todos los pliegues del cemento del patio, y la barbacana en su función defensiva quería aliviarnos el calor con pequeñas ráfagas de aire que también querían rendirse al homenaje a uno de los suyos, que se asomaba a sus muros por última vez, en una despedida tan angustiosa como todas las que se celebran como colofón a una vida, en este caso la de Leocadio. De repente todos sus rincones se llenaron de recuerdos, ... (ver texto completo)
Ya se han terminado las fiestas, me he quedado con una extraña sensación y es que todo ha salido fantástico, puede que excesivamente.
El pregón, con un guion bien elaborado y bien defendido me pareció tan emotivo, me altero una fibra sensible y esto no debe ser sano.
La espectacular puesta en escena del baile inaugural fue tan brillante que deslumbró, con riesgo de alterar el buen funcionamiento de mi visión.
Cuando los relevistas acercaron la llama al pebetero sentí que eso era el principio ... (ver texto completo)