No soy " hijo de la derrota y del alcohol, ni sobrino de la necesidad", como canta en una de sus históricas letras mi querido Joaquín Sabina. Pero aún no siéndolo soy. Soy de esos a los que siempre ha llamado más la atención el mundo de pequeños canallas perdedores que el de los tiburones de Wall Street o de los macarras triunfadores que se columpian al mando de un descapotable por las playas de Puerto Banús. Y esto viene a cuento de los siguiente. Esta foto es la última en la colección de la página ... (ver texto completo)