¡Que vicio que vicio ¡. Erase una vez un humano a un teléfono pegado. Es increible en el poco tiempo que nos puede esclavizar un puto aparatito electrónico. Y no te cuento nada en estos putos tiempos que estamos viviendo. Se la vi Aquí en otro de los vicios que estan muy arraigados en el pueblo. Darle a la mandíbula sin compasión.