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El viejo olmo de noche (foto antigua), BLACOS

El viejo olmo refrescaba las tardes de verano.
El viejo olmo cubría la plaza con sus manos.
El viejo olmo criaba jilgueros en sus ramas.
El viejo olmo adornaba el cemento con sus canas.
El viejo olmo nos vió crecer y hacernos viejos.
El viejo olmo se fue un día, pero no muy lejos.
Hola amigos, hola alejandro, el olmo, las noches de las fiestas bailando detras de el para por siacaso nos tocaba bailar con quien nos gustaba... uf y despues el Celestino (que lo recuerdo mucho) las broncas que nos caian, pero que nos quiten lo bailao! y si cuando por la mediodia bajaba a cualquier cosa a casa de la tia Boni, siempre habia alguien durmiendo bajo el olmo. Bueno sarracenos un saludo, Chus
Sería un milagro poder descifrar todos los sentimientos y traducir todos los mensajes al oído de los que fue testigo el viejo olmo de la plaza. Fue el fiel confidente de pequeñas historias de amor vividas en la penumbra de la noche, pero otras veces se convirtió en fuente de inspiración de romances de verano que en algunos casos crecieron después al abrigo del invierno. Nunca fallaba como fiel escudero de los primeros escarceos amorosos que nacían con el impulso de la adolescencia o con el atrevimiento...
este olmo vio mucho, si pudiera contarlo