Hay lugares que parece que han nacido para vivir eternamente en el recuerdo. Y algunos como este tienen la valentía de mantenerse intactos para mezclar la historia con la memoria. No necesitan hacer alardes, ni vestirse de lujos, ni rodearse de nostalgias. Es algo tan simple como un palo apoyado sobre unos troncos, una piedra o una pila de ladrillos con el respaldo de la pared. No hace falta más... ni menos. Luego la leyenda que lo mantiene en el recuerdo la escriben los que... Un nombre muy propio para este rincón del pueblo, por aquí revoloteaban muchas palomas y mucho palomo, algunos de ellos cojos. Seguro que más de uno tendrá muchas historias que contar sobre el palo de "La Luisa" y sus alrededores. Mila enhorabuena por el privilegio de nacer en un mes tan carismático, si es que lo bueno abunda.