Que conste que a mí lo de entregar la llave a los veratos no me parece nada mal. Y tampoco me parece nada mal que el alcalde se acostumbre a hacer estos gestos, porque quien nos dice que en su nueva andadura el rey tenga previsto ir de visita oficial a nuestro pueblo. Si lo hace pillará al alcalde entrenado, tendrá en casa un juego de llaves preparado y otro juego de cojines en los que, no sé por qué, siempre se entregan las llaves. Me imagino que también utilizaría este hermanamiento extremo-blaqueño,...