Y ya entrando en lo que nos ocupa, no seré yo quien siembre pesimismo en este mar de buenas ideas pero sí que voy a hacer algunas consideraciones impertientes. Un albergue municipal significa que su propietario sería el ayuntamiento, es decir que debería construirse y financiarse con los presupuestos municipales. Yo no sé mucho de matemáticas pero por lo que oigo cuando voy por el pueblo, con el dinero del ayuntamiento se podría hacer una hornilla para que saliera el gato del albergue cuando la puerta estuviera cerrada. Lo de las seis habitaciones es un proyecto de buenas intenciones, un canto a la esperanza de un amante de su pueblo, algo siempre digno de agradecer. Lo que mejor veo es lo del bar, al que siempre hemos dedicado una especial atención en Blacos, pero si echamos mano de la historia nos damos cuenta que entrar en terrenos de capuletos y montescos puede ser muy peligroso y acabar como Roemo y Julieta, muertos de amor porque nadie daba el brazo a torver. Cuando uno se acostumbra a sembrar en latifundios es muy difcíl aceptar compartir las semillas y muchos menos repartir beneficios con los pobres. Lo del comedor lo agradecería enormemente el Vicente, pero sería un comedor sólo de invierno, porque en el buen tiempo mi amigo, mi hermano, su vecino y el alcalde establecen sus aposentos en la plaza y disfrutan de un restaurante con vistas y al aire libre. No creo que lo cambien por uno cerrado y con más co2, aunque a éstos me parece a mi que la contaminación se la trae al pairo. Lo del salón social, viene a ser lo mismo que lo anterior pero sin copas. Lo que me preocupa a mi es lo de social, porque para que haya algo social tiene que haber sociedad y ahí es donde fallamos. Tenemos una amplia sociedad, más o menos bien avenida, en el mes de agosto. Pero por desgracia en enero y febrero la sociedad de Blacos, con todo mi respeto, cabe en un cesto y se calienta con una vela. El resto del espacio les sobra y como mucho les da frío. Y eso cuando están todos juntos.
Lo que yo veo más viable es lo del alquiler, sin concurso ni nada. Mi hermano Luís sería un excelente cocinero y tema resuelto. Nadie mejor que Miguel para encargarse de las relaciones públicas. Yo le he visto vender minerales a un marroquí en el desierto, auténtico. Luego Vicente sería el encargado del cierre, porque lo suyo es trasnochar y si es delante de una baraja mejor con lo que además del cierre puede encargarse del casino. Y el otro cliente del Restaurante Plaza, Alfonso, podría ser el sponsor, el patrocinador pero no sólo de ideas sino de dinero. Al ser el alcalde si él pone el dinero, ya tenemos el albergue municipal. Pues la verdad, que no es tan difícil de llevar a cabo la idea.
Lo que yo veo más viable es lo del alquiler, sin concurso ni nada. Mi hermano Luís sería un excelente cocinero y tema resuelto. Nadie mejor que Miguel para encargarse de las relaciones públicas. Yo le he visto vender minerales a un marroquí en el desierto, auténtico. Luego Vicente sería el encargado del cierre, porque lo suyo es trasnochar y si es delante de una baraja mejor con lo que además del cierre puede encargarse del casino. Y el otro cliente del Restaurante Plaza, Alfonso, podría ser el sponsor, el patrocinador pero no sólo de ideas sino de dinero. Al ser el alcalde si él pone el dinero, ya tenemos el albergue municipal. Pues la verdad, que no es tan difícil de llevar a cabo la idea.