En mi profesión se dice: No permitas nunca que la verdad te estropee una buena noticia. Que lisa y llanamente viene a significar que lo importante es que la gente te haga caso, aunque para ello tengas que actuar, mentir, engañar, disfrazarte o renegar de lo más sagrado. Y esto viene a cuento porque después de mucho tiempo con la página más trites que un torero al otro lado del telón de acero (frase de Joaquín Sabina, no mía), llega el feroviario se saca de la chistera el conejo del abandono del pueblo y del albergue municipal y de repente la página de Blacos parece el festival de Eurovisión y viajamos de China a las profundidades de la Francia italiana con una facilidad pasmosa. Y eso sí por el camino se nos agregan seudónimos, chinos, amigos de los secretos y secretos sin amigos. Tenemos de todo y en menos que canta un alcalde con dinero fresco en el bolsillo. Y es que yo al menos he descubierto un líder de opinión que esconde su sonrisa al otro lado del cristal de la Locomotora, un líder que atrae la atención de pescadores de somalia, arrantzales del Cantábrico, soñadores de estrellas y estrellados en la soledad. Ah y por cierto, yo que escribo así desde pequeño por una especie de don divino, no paro de preguntarme donde acabará todo esto. Porque probablemnte no conseguiremos ni repoblar Blacos de chinos, ni que nos hagan un albergue municipal, ni que la Junta de Castilla descubra donde esta Blacos y sus maravillas. Pero lo que si hemos conseguido es que gente con pocas historias en común estemos fabricando nuestra propia historia y seamos capaces de comunicarnos con respeto e intercambiar opiniones aunque sea sobre ciertas vanalidades. Para mí es suficiente, más que sufiente. Besos a todos, muxus, cariños, kiss, molto amore, muá muá et baisers (reconozco que he tenido que mirar al diccionario, pero quieda bien no? agur amigos, hasta la próxima