Todavía no he salido de mi asombro ni he superado mi indignación. Reconozco que hubo una época que me picó la curioisdad y quería saber quien eras. Ahora lo que me gustaría de verdad es tenerte delante y poder decirte a la cara lo que tengo que decirte en este foro. Me parce rastrero y obsceno lo que has hehco y como acostumbro a tomarme casi todo en serio te diré lo que has hecho, que yo pensaba que era imposible por mis escasos conocimientos informáticos, pero los que saben mucho más me han contado que es muy fácil. Nada más leer la carta de Mila decidí escribir lago sobre el tío Daniel porque como ya expliqué aquí una vez es una forma de tener presente en el recuerdo a alguien que s eha ido. Y como también dije con ocasión del Beni, mientars se recuerda a alguien esa persona nunca muere de verdad. Lo hice, escribí sobre mis recuerdos con el tío Daniel y lo publiqué. Esta mañana cuando me ha saltado la alerta de la página he vuelto a entrar y lo he hecho varias veces para poder creerme lo que veía. Mi carta había desaparecido, bueno es mejor decir que se había modificado y no la frimaba yo, lo hacías tú. Sólo me importa por una cosa, que hayas hecho esta jugarreta para que alguien pueda pensar que yo soy tú. NO entiendo muy bien para qué pero e slo único que se me ocurre. Porque si lo que pretendes es demostrar tus sentimientos hacia una persona tan querida, deberías hacerlo con tu nombre, pero con el de verdad. Que todos sepan que quien expresa esos sentimientos es... el que seas. Me parece un avergüenza que te apropies de las ideas de otros, pero que lo hagas a escondidas, en la impunidad del anonimato me parece abominable.
Insisto me gustaría poder decírtelo a la cara y seguro que si quieres sabrás encontrame. Es más fácil que copiar una carta, luego marcarla como ofensiva para que desaparezca u más tarde modificarla y publicarla con tu seudónimo. Esto me pasó en una ocasión con otra que escribí sobre una noche en Torreblacos cuando nos vimos envueltos en una trifulca en una despedida de soltero. ¿No serías tú también?
Insisto me gustaría poder decírtelo a la cara y seguro que si quieres sabrás encontrame. Es más fácil que copiar una carta, luego marcarla como ofensiva para que desaparezca u más tarde modificarla y publicarla con tu seudónimo. Esto me pasó en una ocasión con otra que escribí sobre una noche en Torreblacos cuando nos vimos envueltos en una trifulca en una despedida de soltero. ¿No serías tú también?