Vivimos tiempos de sequía y no sólo de agua. Sabemos, porque así nos lo han enseñado, que todos los días sale el sol pero cada vez son más grandes los nubarrones que tapan sus rayos y a la sequía se une un mundo de sombras y negros presagios. Pero bueno yo he encontrado el lado bueno y gracias a eso mi estado de forma es impresionante. Cada vez veo más cerca esa medalla del cross. Y eso que he cambiado mi preparación. Ahora en lugar de subir y bajar escaleras participo en las manifestaciones y concentraciones de Pamplona. Esto es mucho más duro que lo de las escaleras. Hoy por ejemplo he empezado a las 9 de la mañana con una de los funcionarios del Instituto de Estadística, que tampoco quieren que les quiten la extra de Navidad. Después he ido a otra de las personas con dependencia que en cuatro días se quedan sin cuidadores, tirados en un rincón esperando a que se mueran sin que les devuelvan un sólo euro de los que antes han aportado a las arcas públicas. Luego más tarde me he juntado con los funcionarios del gobierno de Navarra, que están mucho más cabreados que el resto, porque a ellos les dijeron un día que sí iban a cobrar la extra de Navidad y al día siguiente les dijeron que no. Y es que además de hundirnos, parece que disfrutan torturándonos. Yo creo que es para que no levantemos cabeza y no nos dé por pensar. Y ya por último, cerca de la hora de comer, he recorrido unos kilómetros con los ganaderos de la vaca baztanesa que quieren que les den la denominación de origen y que suban los precios de la leche. Con estos apenas he hablado porque lo hacían en euskera y no entendía mucho. Pero ha sido divertida porque se han traído las vacas, las han ordeñado y nos han dado unos traguitos de leche y luego las han llevado a la puerta de la diputación para que se aliviaran. No me reía más para que no me entrar el olor por la boca al mismo tiempo que por la nariz. Es una forma de decir "que se jodan". Igual los políticos entienden mejor el idioma vacuno que el humano y así, entre caca de vaca, se enteran de algo. Bueno yo calculo que en total habré recorrido unos seis kilómetros a más de treinta grados de temperatura, eso sí a una media de dos kilómetros por hora. Espero que el cross de Blacos no tenga unas condiciones tan extremas, al menos para los de cierta edad. De todas formas si sigo a este ritmo voy a llegar a la prueba con unas treinta manifestaciones encima y una media superior a los 100 kilómetros. Y que conste que no lo digo para que tiemblen mis rivales, y mi enemigo, sino porque quiero avisar a todos de que llegaré en mi mejor momento de forma física, acompañada de la indignación y cabreo general, que también contribuye lo suyo. Lo siento por mis compañeros de salida. Que Dios, o quien sea, los pille confesados. Aviso