A estas horas el armario ya está vacio de don juanes, que en realidad son juanas la loca. El hueco que ha dejado la ambigüedad del macho ibérico se ha llenado de setas. Que alegría, porque esta página también se ha contagiado de ese espíritu de otoño, y los nuevos escritores y fotógrafos nacen como setas. Y además es importante la labor de cantera, porque los más pequeños parecen ser también los más atrevidos. Y por eso de la edad hay que decirles que estos tipos de la foto, con barba debajo del bigote y con brazos de estibadores, son en realidad hombres hechos y derechos. Que esta imagen es de una noche loca de fiesta en la que se pretendía que pareciera lo que no era. Y por lo que podemos apreciar en la foto el engaño funcionó y se lo creyeron hasta los más cercanos. No me digais que Sixto no las tiene todas consigo y por eso centra su mirada en una de las propiedades que más fácil distinguen a simple vista a los hombres de las mujeres. Pero tiene que mirar con atención para asegurarse que ese que se esconde detras de una barrera de rimel es su amigo de toda la vida. Que sí, que es Don Juan porque de momentio nunca ha sido Juana la Loca.