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BLACOS: Fué el primer alcalde que conocí en mi vida. Y aunque...

Fué el primer alcalde que conocí en mi vida. Y aunque no fue un primer amor, es también algo que no se olvida por muchos años que pasen. En aquellos tiempos tan obtusos, en los que casi siempre la fuerza se imponía a la razón y el miedo vencía al valor, yo recuerdo a Felipe como un tipo jovial, simpático y poco dado al enfrentamiento. Hace un par de años ví las fotos de aquellos años en los que se inuguró el ayuntamiento entre tricornios y bonetes.Él estaba en medio y no desentonaba lo más mínimo y es que muchas veces en la equidistancia está la virtud. Permite afrontar los probelmas con la tranquilidad de ver siempre a la misma distancia las dos orillas, y saber en todo momento las dificultades que hay para remar a un lado o al contrario. Pero también te permite estar al alcance de las dos caras, dejarse broncear por el sol pero mantener el misterio de las noches de luna. Y ahí Felipe Cubilla se manejaba con soltura, cuando no con brillantez. Puede ser el recuerdo de un niño de poco más de seis años. Pero lo que más recuerdo de él es el cariño y el fervor del que hablaba de su hija (en aquellos años sólo había una). Y gracias a ese amor y ternura yo aprendí un poco de idiomas, aunque entonces tampoco lo sabía. Llamaba a Nieves NESKA POLITA, y yo tardé muchos años en saber lo que significaba y quiero pensar que Felipe tampoco tenía muy claro que en aquellos años utilizar el euskera para demostrar algo, aunque fuera la devoción por su hija, era muy arriesgado y más hacerlo desde el sillón de la alcaldía. Luego más tarde, depués de una larga transición en la que caminábamos por el mundo en líneas paralelas, lo volví a recordar. Entonces la vida le había aplicado una crueldad devastadora. Fue capaz de mermar casi todas sus facultades, pero nunca pudo doblegar su memoria y su amor a un pueblo donde construyó su universo particular. Cada día quería visitar esa finca, esa suerte, esa...
que alimentaba sus limitaciones y llenaba los vacíos cada día más grandes que le regalaba el paso del tiempo. Sería fácil decir que fue un hombre bueno, porque es lo que siempre se espera en estos casos, pero no seré yo quien lo haga. Los méritos son suyos y él se los ganó durante toda su vida, sin necesidad de que nadie tenga que añadir ni una coma. Los conquistó en una vida que seguro que fue, y seguirá siendo para él, una neska polita. Ahora lo puedes repetir todos los días allá donde vayas, jamás le parecerá mal a nadie y menos a tu neska polita, la primera, la de verdad.