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BLACOS: A esta calle, bautizada como terraza por el ferroviario...

A esta calle, bautizada como terraza por el ferroviario poeta, también se le conocía como " puerta de las Petras", y es el primer club social que yo conocí en Blacos. Allí se reunían las mujeres en las tardes de sol del invierno y recitaban la crónica diaria del pueblo. Algunas veces les acompañábamos los hijos al salir de la escuela, mientras merendábamos la rebanada de pan y, si había suerte, alguna onza de chocolate. Había días, después llegué a descubrir que siempre era en febrero, pasaba la cigüeña y todos los críos la mirábamos con interés y con mucha curiosidad para ver si conseguíamos descubrir donde llevaba escondido el niño que le había encargado alguna mujer de la zona. Ahí se acababan nuestros conocimientos de la reproducción, porque no nos creíamos que los niños pudieran venir de París. En el mapa de nuestra escuela, el mundo se acababa en los Pirineos, y las Islas Canarias estaban en un cuadradito encima de Ceute, Melilla, El Aiún, Fernando Poo y Sidi Ifni. Estos sí eran nombres familiares porque de vez en cuando a alguno del pueblo le tocaba ir allí a hacer la mili. Cuando sucedía, toda la familia vivía una auténtica tragedia, porque ir a África era como viajar al fin del mundo. De los dos era un milagro volver, pero los que fueron a Sidi Ifni volvieron todos, y durante un tiempo los mirábamos como auténticos héroes, mucho más que al Capitán Trueno y a El Jabato juntos. Y si encima después los veíamos darse un beso o achuchar a alguna chica pasaban directamebnte a nuestra historia personal como unos ídolos, vamos algo así como Amancio, Pirri o Marcelino Pan y Vino. Y es que nuestros conocimientos de la vida no iban más allá de ser novio de alguien, poder entrar en la cantina con los mayores o, algo más tarde, fumarnos un " celtas" a escondidas en la piedra del Raso.
De todo esto se hablaba en la puerta de las Petras mientras duraba el sol de las tardes de invierno. En cuanto se iba, todos a casa a encender la lumbre y a estudiar el " Credo" o el " Yo Pecador", que eran las asignaturas obligatorias de aquello maravillosos años. Pero eso es otra historia... de pecados y de política nunca se hablaba en aquel club social.