Era diciembre de 1.970. Yo hacía segundo de bachillerato y el profesor de literatura nos mandó un trabajo sobre la Navidad. Yo dejé el folio en blanco, puse mi nombre y se lo entregué. Hacia años que ya sacaba excelentes notas y el profesor extrañado me llamo a su despacho. Me pregunto que había pasado y yo le dije que a mi la navidad no me inspiraba nada y que por eso no había escrito nada. Me dijo que no sabía si ponerme un 10 o un cero, pero que mejor no me contaba el trabajo para nota. A mi no me importaba mucho porque aunque me pusiera un cero tenía media de notable y la teniente O´Neill nunca decía nada si la media estaba por encima de ocho. Pero el problema fue que no sé cómo se enteró el profesor de Formación del Espíritu Nacional, que era algo así como el catecismo franquista. Se entero, digo, y quería que me expulsaran una semana del colegio por ateo y creo que decia por atentado contra los principios del catolicismo y la integridad del regimen (me acuerdo porque lo tengo apuntado). Como os podéis imaginar por primera y última vez en mi vida fue trending topic, el alumno más popular del colegio. Todo el mundo hablaba de mí. Para la mayoría eera un héroe, aunque para otros era un traidor a la causa del belén y del villancico y casi había que quemarme en la hoguera por hereje. Al final mi profsor de literatura se impuso al otro y no me echaron del colegio y además no se enteró la teniente O, Neill que era lo que más miedo me daba. Pero, en realidad, ni era un anticlerical, ni hereje, ni ateo ni nada de nada. Simplemente a esas alturas, como ahora, no tenía nada que contar de la Navidad porque eran unas fiestas en las que siempre había que estar contento aunque no lo estuvieras. Perosnalmente los mejores recuerdos que en esos años tenía de la Navidad eran cuando íbamos a buscar musgo en la escuela de Blacos para hacer el Nacimiento. Pero eso era lago nuestro y no se lo iba a contar yo a unos extraños que casi casi acababa de conocer, que eran todos de ciudad y no tenían ni idea de lo que era el musgo de la dehesa de Blacos. Por eso dejé el folio en blanco. No había nada que contar.
Pero esto es un sentimiento muy personal que sólo ha cambiado con los años cuando había niños en casa. Y es que la Navidad ahora es una fiesta para los niños, pero cuando yo era niño me daba cuenta que tampoco era una fiesta para mi. Para los que sí son días de fiesta, mi más sincera felciitación, que se cumplan todos vuestros deseos y que el próximo año sea el más feliz de vuestra vida, por lo menos hasta que llegue otro que sea todavía mejor. FeLiz Navidad. Urte Berrion.
Pero esto es un sentimiento muy personal que sólo ha cambiado con los años cuando había niños en casa. Y es que la Navidad ahora es una fiesta para los niños, pero cuando yo era niño me daba cuenta que tampoco era una fiesta para mi. Para los que sí son días de fiesta, mi más sincera felciitación, que se cumplan todos vuestros deseos y que el próximo año sea el más feliz de vuestra vida, por lo menos hasta que llegue otro que sea todavía mejor. FeLiz Navidad. Urte Berrion.