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BLACOS: ¡Qué alegría!, es una enorme alegría encontrar de nuevo...

¡Qué alegría!, es una enorme alegría encontrar de nuevo a mi querido primo El Baraka en estas páginas de las que se había fugado un minuto antes de que lo detuvieran por tener sus cuentas en paraísos fiscales. Para quienes no lo sepan o lo hayan olvidado, se llama El Baraka, no porque sea hijo de Mohamed y de Lhaila, y haya nacido en Marraquesch. Se llama el Baraka, por algo tan fácil como que es de Barkaldo. No penséis que su inteligencia le da para mucho más. Si hubiera nacido en Almendralejo, sería el Al, y si hubiera nacido en Talavera, sería el tal, así a secas, sin apelidos, que tiene como más fuerza y más autoridad. Bueno pues el baraka ha vuelto después de un largo exilio. Yo esperaba que lo hiciera arrepentido, con las orejas agachadas, con el rabo entre las piernas, y con las manos implorando perdón. Pero que vá, este tío es un suicida o un incosnciente, no sé muy bien qué. Se fué escaldado porque alguien le borró un mensaje y una fotografía en las que se metía con los guipuchis, que es su segunda afición, (la primera es sufrir con su Athletic). Como no pùede escribir sin faltar pues los afectados se debieron cabrear y le borraron todo. Pero no ha aprendido nada, porque meterse con los guipuchis no deja de ser un juego de niños comparado con lo que ha hecho ahora. Va el tío y en plan gracioso se mete con las mujeres. No con una o con dos, no, se mete con las mujeres en general, a granel, sin separar el grano de la paja, sin distuinguir entre churras y merinas. Así, a lo burro, va el baraka y dice que todas las mujeres, todas, en menos de cinco minutos te ponen dolor de cabeza. Lo quiere arreglar un poco dando a entender que los hombres somos tan tontos que no sabemos qué es un valle. Pero no, no cuela, lo que quieres decir es que todas las mujeres, todas, te provocan dolor de cabeza en menos de lo que canta un gallo. Me imagino que lo has hecho a escondidas y con la esperanza de que ninguna de tus mujeres lea jamás lo que has escrito. Yo prometo guardarte el secreto y no decírselo, pero no sé si sabes que está página la leen cientos, que digo yo cientos, miles e incluso millones de mujeres. Y no descartes que alguna de ellas alguna vez te pida explicaciones. Y entonces puedes estar seguro que no se va a conformar con una explicación sencilla o una excusa tonta. Tú sabrás lo que has hecho, pero si me admites un consejo, es mucho más sano que te metas con los guipuchis ferroviarios y compañía, antes que con las mujeres. Te irá mucho mejor, aunque tengas que explicarles que es un valle, un río o un ibuprofeno para el dolor de cabeza. Besos