Muchas gracias Lola. El día que publique un libro te ofreceré que seas mi representante por lo bien que me vendes. Vamos a ver. No me puedo creer que no hayas oído nunca a tus hijos decir la palabra "moñas", porque es un fijo en el lenguaje de los jóvenes. No tiene definició en el diccionario, pero se puede entender como "ñoño". Se refiere a una persona que actúa siempre bien, que emplea un tono paternalista, que siempre está dando consejos y reprendiendo a los demás por sus comportamientos más o menos extravagantes. Vamos, uno que no pisa ni los bares ni los estancos, ni lugares con vicios más caros y que además siempre está pendiente del que dirán y de lo socialmente correcto. Este es un moñas. Se aplica siempre a los hombres y por eso ponía el ejemplo de la diferencia que todavía existe a la hora de catalogar las virtudes masculinas y femeninas. Una mujer nunca es una moñas, porque es más práctica y no pierde el tiempo en batallas perdidas de antemano. Por eso casi siempre que tiene que reprender a uno de sus hijos le dice eso de ¡Ya verás cómo se lo diga a tu padre! Y cuando se lo dice, el padre demuestra que es un moñas y empieza a hablarles de que ahora lo tienen todo, que no se pueden quejar de nada, que lo que les hacía falta es trabaja a pico y pala, que antes si que se sufría y se malvivía etc. Y empieza a darles consejos para que no beban, no fumen y bla, bla, bla. Lo hace todo serio, incluso llega a creerse lo que les está diciendo, e incluso hay algunos que hasta pensamos que nos están escuchando y nos van a hacer caso. Y es entonces cuando el hijo se despierta del limbo y contesta, " Por favor papá no seas moñas, que yo ya sé lo que hago y a mí no me la dan con queso". Y entonces un día vuelve a casa y te dice que le han robado el móvil de última generación, que te ha costado un riñón, y que tu hijo lo exhibe como un trofeo en los ambientes más indeseables, hasta que se lo soplan claro. Entonces va el padre y le dice eso de " Ya te lo decía yo, que así no se puede ir por la vida. Claro como a ti no te cuesta nada ganarlo. Y ahora claro, querrás otro a que sí, sí verdad? Pues te lo va a comprar tu madre majo. Y el hijo vuelve a bajar del limbo y te mira con eses desprecio que bordan estas pequeñas alimañas y vuelve a decir, " papá por favor no seas moñas, ¿que preferías que volviera a casa con el móvil y un navajazo en las costillas? Y claro visto así, a ti no te queda otra que decirle que no, qué mejor que les haya dado el móvil, que siempre será más barato comprar otro que buscar amparo en la sanidad pública, con los precios que se gasta. Pues eso Lola, eso es ser un moñas.
No tengo más tiempo, otro día te explico lo de las fotografías, pero te adelanto que no había ningún mensaje cifrado. Es todo claro y cristalino.
No tengo más tiempo, otro día te explico lo de las fotografías, pero te adelanto que no había ningún mensaje cifrado. Es todo claro y cristalino.