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BLACOS: Hola guapas, hola vosotros. Lamento profundamente esta...

Hola guapas, hola vosotros. Lamento profundamente esta larga ausencia en la que veo que han pasado muchas cosas, alguna incluso buena. He estado largo tiempo alejado y podía decir que ha sido por culpa del trabajo, por culpa del calor o por culpa de San Acacio, pero sería mentira. Mi larga ausencia y la de mi primo el Baraka es porque nos tomamos muy en serio los disfraces de la fiesta y en cuanto conocemos el tema nos obsesionamos y no paramos de darle vueltas para encontrar una idea origianalalavezquesencillaybri llante. Y después de tres días seguidos, con sus tres noches seguidas de tormenta de ideas, la tormenta acabó en un tsunami imparable que nos llevó hasta Australia. ¿Qué que fuimos a hacer allí? Pues aunque no os lo creáis fuimos a Australia a estudiar las corrientes marinas y analizar con lupa el comportamiento de los peces en situaciones dramáticas, como de secuestro, pérdida de identidad, acciones temerarias para la propia vida y todas esas mandangas tan entretenidas. El motivo, no me importa desvelarlo, porque es imposible que nos lo copie nadie, es que este año nos vamos a disfrazar de Nemo, de Nemo eh ¡que no es lo mismo que disfrazarse de memo. Como sabéis el pezecillo, el papel lo hará el Baraka por las dimensiones, se perdió cuando volvía de su primer día de escuela en el fondo del mar. Recibía clases de un profesor chiflado, este papel será para Serafín, cuando de repente se hizo un lío en las penumbras del Océano hasta que encontró a su guía espiritual, una pez pizpireta, simpática y dicharachera, (lo bordará Rosalía). Lo metió en enormes líos y lo llevó hasta la misma cueva de los tiburones que en más de una ocasión estuvieron a punto de comérselo escabechado, (los tiburones serán una actuación coral de los tíos y tías que más comidas y cenas hacen en Blacos). En su viaje acabaron surfeando sobre las corrientes australianas con auténticos expertos de la velocidad, (yo creo que a Iñaki le va como anillo al dedo). Mientras su madre, vamos a suponer que sea Sara, buscaba a Nemo con desesperación en todos los mares, en todos los hospitales e incluso en todas las pescaderías. Por gracia del destino, un arquitecto del mar, o sea Enrique, fabricó una serie de tuberías que llevaron a Nemo a una pecera de Manhattan. La vivienda era de un médico muy estirado (aquí lo cambiaremos por médica para darle una oportunidad a Ana), que tenía una hija cruel y despiadada, (aquí no tenemos papel así que se admiten ofertas). Pero al final aparecieron las hadas buenas, (esas que sufren y aguantan las comilonas e incluso soportan al Baraka), que dirigieron a Nemo por el buen camino hasta la posta de correos. Allí un experto funcionario, (en su tiempo Miguel sabía por qué mares iban las cartas hasta Australia), metió a Nemo en un sobre y se lo envío a su madre.
Pues todo esto es lo que hemos estado haciendo el Baraka y yo. Hemos elegido los trajes, las aletas, las branquias, hemos explorado el fondo del mar para darle a nuestro vestuario la luz adecuada, y llegamos a Australia para escenificar el miedo de Nemo cuando fue arrastrado por la corriente. Y todo de cerca, bueno el que estuvo de cerca fue el Baraka porque como sabéis yo le tengo fobia al agua, aunque sea del mar. Al primo lo he mandado a casa con el encargo de que Mari Carmen borde unas olas preciosas por las que surfee Nemo. Y esto es todo el motivo de nuestra larga ausencia.
Que conste que contamos esto con ánimo constructivo, para incentivar a los demás a que se esmeren con sus disfraces. Que nadie piense que lo hacemos para que cunda el desánimo y no se disfrace nadie porque esté seguro de que es imposible igualar nuestra propuesta,. Es verdad, sí es verdad, será imposible, pero hay que morir en el intento. Mira Nemo lo intentó y ahí va a estar en Blacos el 3 de agosto, más contento que unas castañuelas.