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BLACOS: Es entrañable y enternecedora la historia de los patitos,...

Es entrañable y enternecedora la historia de los patitos, por lo menos el gesto de colocarlos en un medio tan inhóspito como el río Milanos. Y es que el amor a los animales siempre provoca reacciones positivas, incluso entre los que nos movemos lejos de esos sentimientos. Los patos se merecían tan buen futuro como pretendían los que los pusieron allí. Pero por lo que veo el río se convirtió en un hogar hostil en el que hay que luchar por la supervivencia, y me da a mí que los patos no están preparados para asomarse a la trinchera. De todas formas es envidiable, como también es envidiable el amor que muestran a los animales algunos de mis amigos, entre ellos dos de Blacos. Sus perros se tienen que sentir orgullosos de su familia. De ese padre amantísimo que lo pasea en cualquier vehículo a tracción o a pedal. Le habla con cariño, sus insultos son siempre como amigo y nunca con desprecio. Cuando lo llama marica, lo que quiere decirle en realidad es "no puedo vivir sin ti, me hunde la soledad cuando te alejas y quiero que estés siempre a mi lado”. O ese otro que no se olvida ni un sólo día de prepararle con esmero la cena y la comida y ha conseguido concienciarnos a todos que cuando nosotros acabamos la cena los huesos deben ir a una bolsa para convertirlos en un delicatessen para su can. Yo pensaba que no se podía querer más a un perro que lo que los quieren estos dos amigos. Pero acabo de cambiar de opinión. Y he cambiado nada más conocer que la reina de Inglaterra les da de comer a sus perros un menú a base de solomillo o pollo asado, cocinados por un chef del palacio. Y dice su majestad que los tiene tan bien educados que nunca empiezan a comer hasta que ella les echa una salsa especial con su propia mano. Esa mano que siempre esconde debajo de un guante cuando se la tienen que besar sus súbditos: No soporta el contacto humano. Quizás por eso se atreve a decir que ella quiere más a los perros, después a los caballos, luego a los hombres y por último a las mujeres. Yo me quedo sólo con las mujeres en primer y único lugar, aunque casos como este te hacen dudar de ello. Además la queen inglesa después de hacer labores de costura al lado de sus perritos, pasa un imán gigante por la habitación para evitar que sus perros puedan tragarse una aguja y morir. Y todo esto después de que su marido diga que él personalmente detesta a los perros. Lo que viene a significar que no pinta nada y que seguro que ese odio lo ejerce con los perros porque no puede decir públicamente que lo sienta por su mujer. Y no penséis que esto es un invento, porque lo ha escrito en un libro que se acaba de publicar un biógrafo oficial de la corona británica. No me imagino yo a mis dos amigos buscando en sus cocheras con un imán cualquier cosa que pueda lastimar a sus perros. Aunque claro seguro que son más listos que los de la reina y saben que no es nada bueno tragarse agujas, hierros o virutas de soldadura. Pero que sepáis que vuestro amor por los perros es de andar por casa, nada especial y más bien justito. Debéis esmerar vuestras atenciones, aunque tampoco es necesario que desde ahora os dediquéis a darles solomillos. Claro que en Blacos, los perros seguirán ocupando su lugar habitual, mientras que en Inglaterra no me extrañaría que algún día aparezcan en el trono, al lado de la reina. Lo que no creo que haga nadie es besar la patita del perro en las recepciones oficiales. Algo que nunca podrán comprobar los patos del Milanos. Bueno, estoy pensando que quizás mi primo podría investigar un poco las causas de su paulatina desaparición. El Baraka seguro que descubre que los han robado los de Scontland Yard (la policía inglesa), para hacer paté para los perros reales. Seguro que ha sido algo así.