BLACOS: Otra vez sólos. Tu y yo, separados por un papel en...

Otra vez sólos. Tu y yo, separados por un papel en blanco que poco a poco lo vamos manchando con letras ordenadas que quieren expresar un sentimiento o un estado de ánimo, y casi siempre nos quedamos en la intención. Navegamos por un mar con un oleaje espeso, como las dunas del desierto. Y precisamente es eso, un desierto lo que nos rodea. A veces remamos a oscuras, sin otra brújula que nuestra se4sación de acercarnos a algo, aunque nunca sabemos muy bien a qué. Empieza otro año y los dos inauguramos una nueva travesía en la que parece que vamos a llegar a buen puerto, pero rápidamente descubrimos con desesperación que siempre estamos en alta mar. A veces, pocas veces, oímos voces en barcos vecinos y nos salta el corazón de júbilo. Pero el barco pasa y deja atrás un eco que no sabemos muy bien si ha sido una realidad o de nuevo sufrimos los espejismos de un naúfrago permanente. Otras veces echamos el anzuelo con la esperanza que de pique alguien y se acerque a nosotros aunque sea a través del sedal. De nuevo caemos en el desánimo. En este mar, en nuestro mar, no hay pesca ni pescadores, ni barcos que los transporten. Estamos sólos, muy sólos, querido primo. Pero si algo caracteriza a los pescadores, es la insistencia y la perseverancia. No te dejas llevar por la desazón. Sigue remando, que cuando menos lo esperes, al otro lado de la última ola aparecerá una playa llena de gentes. Puede que hablen otro idioma, pero al final la escritura se convierte en universal y te harás entender. Y si después de la última ola no hay playa, no te preocupes, rema un poco más hasta que llegues a mi barco. Yo siempre te espererá en el último puerto, en la taberna donde la ví y ella me regaló un anillo en prueba de su amor y juntos nos amamos... (que tiempos aquellos de Chiquetete eh?). Besos, de naúfrago a naúfrago.