A mi este año no me asusta el frío de Semana Santa, porque estoy preparado. Después de un amplio debate, mi familia y yo hemos decidido por mayoría recuperar las antiguas fuentes de calor. En este hogar, dulce hogar, tenemos previsto pasar las horas hasta que nos salgan cabras en las piernas, que para los que no lo sepan son unas manchas rojas que nacen cuando la piel está a punto de cocer por el calor de la lumbre. Y no creais que ha sido una decisión fácil. Como todos somos muy listos, unos decían no sé qué de placas termosolares; otros hablaban de una gloria subterránea; otros avispados se inclinaban por la estufa de leña, o de butano o de lo que fuera. Yo al principio defendía que quizás con encender los radiadores sería suficiente. Pero no, ha triunfado el hogar de toda la vida. Hemos alquilado este que está perfectamente acondicionado.
En el banco de la derecha tumbaremos al Baraka y lo taparemos con un chal para que mantenga la temperatura ambiente de su neurona floreciente.
Y el resto nos sentaremos en las cinco cribas que hay colgadas en la pared. Si os dais cuenta son cosas del destino. No hay cuatro ni seis, hay exactamente cinco, las justas. Una para Luis, otra para Sara, otra para Mari Caermen, otra para María y otra para mi. Tenemos que decirles a los amigos que no hemos podido alquilar más porque se nos iba el presupuesto. Como se puede comprobar está todo en perfecto uso. Nos extrañó mucho que con el bajo precio que nos han cobrado estuviera todo tan limpio. No hay ceniza en el hogar, el horno está impoluto y el hueco más a la izquierda, también limpio para que coloquemnos allí la vela o el candil, porque lo de la luz eléctrica no nos dimos cuenta de negociar y hemos visto que no hay. Pero bueno, mejor, así todo parecerá más íntimo y acogedor. Aunque no se vé, detrás de la foto hay apilados cuatro o cinco troncos de enebro, que como se sabe dan mucho calor y duran cuatro o cinco días sin consumirse. Ahora estamos pensando poner algo en los agujeros de las cribas, porque por ahí se va un calor importante. Mi prima, como buena modista, nos va a hacer unos tapetes aislantesy confortables para el roce del cuerpo. Y es que nos chiflan los lujos. Van a ser un poco bajos, pero para cuatro días tampoco es cuestión de exigencias, y ponerles patas y esas cosas.
A mi me parece todo muy bien, pero me tiene mosquedao esa vasija esportillada que hay encima del banco-pesebre-gamellón. Para mi que es una especie de bacinilla, porque la verdad en el vídeo de promoción que hay colgado en internet no he visto los wc por ningún sitio. También me mosquea un poco ese pequeño cuenco que hay perfectamente ordenado y reluciente en el suelo, a la derecha de la foto. Seguro que es un vaso compartidoAsí que nos daremos a las noches de botellón.
En fin, un poco justo, pero que le vamos a hacer. Nuestro objetivo es regresar a las costumbres milenarias de los siglos de las trébedes y vivir como se vivía entonces. Para nosotros será una experienca inolvidable, y para mi hija algo más fuerte. Seguro que con esto ya no tengo problemas cuando le dé las charlas de porqué es importante estudiar.
Ahora sí, os tengo que pedir un favor a los amigos y a cualquier otra alma caritativa. Como podéis ver hay una importante escasez de alimentos. Así que por favor, no nos llaméis gorrones, chupones, tragaldabas... ni piropos parecidos. Simplemente es la necesidad. Eso sí, para repartir la carga nosotros cinco iremos a una misma casa a comer de gorra y al primo lo mandaremos a otra, para equlibrar los sablazos que os vamos a dar. Pero pensad, es Semana Santa, días de caridad y de buenas obras. Ah! y por favor no hagáis bromas del tema delante de mi familia, que bastante he agunatado ya desde el día que decidí el alquiler sin contar con nadie.
En el banco de la derecha tumbaremos al Baraka y lo taparemos con un chal para que mantenga la temperatura ambiente de su neurona floreciente.
Y el resto nos sentaremos en las cinco cribas que hay colgadas en la pared. Si os dais cuenta son cosas del destino. No hay cuatro ni seis, hay exactamente cinco, las justas. Una para Luis, otra para Sara, otra para Mari Caermen, otra para María y otra para mi. Tenemos que decirles a los amigos que no hemos podido alquilar más porque se nos iba el presupuesto. Como se puede comprobar está todo en perfecto uso. Nos extrañó mucho que con el bajo precio que nos han cobrado estuviera todo tan limpio. No hay ceniza en el hogar, el horno está impoluto y el hueco más a la izquierda, también limpio para que coloquemnos allí la vela o el candil, porque lo de la luz eléctrica no nos dimos cuenta de negociar y hemos visto que no hay. Pero bueno, mejor, así todo parecerá más íntimo y acogedor. Aunque no se vé, detrás de la foto hay apilados cuatro o cinco troncos de enebro, que como se sabe dan mucho calor y duran cuatro o cinco días sin consumirse. Ahora estamos pensando poner algo en los agujeros de las cribas, porque por ahí se va un calor importante. Mi prima, como buena modista, nos va a hacer unos tapetes aislantesy confortables para el roce del cuerpo. Y es que nos chiflan los lujos. Van a ser un poco bajos, pero para cuatro días tampoco es cuestión de exigencias, y ponerles patas y esas cosas.
A mi me parece todo muy bien, pero me tiene mosquedao esa vasija esportillada que hay encima del banco-pesebre-gamellón. Para mi que es una especie de bacinilla, porque la verdad en el vídeo de promoción que hay colgado en internet no he visto los wc por ningún sitio. También me mosquea un poco ese pequeño cuenco que hay perfectamente ordenado y reluciente en el suelo, a la derecha de la foto. Seguro que es un vaso compartidoAsí que nos daremos a las noches de botellón.
En fin, un poco justo, pero que le vamos a hacer. Nuestro objetivo es regresar a las costumbres milenarias de los siglos de las trébedes y vivir como se vivía entonces. Para nosotros será una experienca inolvidable, y para mi hija algo más fuerte. Seguro que con esto ya no tengo problemas cuando le dé las charlas de porqué es importante estudiar.
Ahora sí, os tengo que pedir un favor a los amigos y a cualquier otra alma caritativa. Como podéis ver hay una importante escasez de alimentos. Así que por favor, no nos llaméis gorrones, chupones, tragaldabas... ni piropos parecidos. Simplemente es la necesidad. Eso sí, para repartir la carga nosotros cinco iremos a una misma casa a comer de gorra y al primo lo mandaremos a otra, para equlibrar los sablazos que os vamos a dar. Pero pensad, es Semana Santa, días de caridad y de buenas obras. Ah! y por favor no hagáis bromas del tema delante de mi familia, que bastante he agunatado ya desde el día que decidí el alquiler sin contar con nadie.