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BLACOS: Ahora que esto se anima descubro que mi primo, mi primito...

Ahora que esto se anima descubro que mi primo, mi primito del alma, se ha puesto de perfil y se hace el remolón. O puede que esté tan sorprendido como yo y sea incapaz de reaccionar. Dije en una ocasión que no iba a decir nada de los que escriben con seudónimo, pero como es habitual en mí soy incapaz de cumplir nada de lo que prometo. O como decía el genial Groucho Max, " Estos son mis principios, si no te gustan tengo otros". Bueno pues cambio mis principios y escribo por admiración y no por ninguna otra cosa. Una persona que lleva nada menos que sesenta años sin vivir las tradiciones de las que habla, denota en primer lugar cierta edad, después mucha experiencia y lo más admirable, una memoria prodigiosa y envidiable. En siete líneas incompletas he aprendido más de la tradición del Día del Señor que en todos mis años de trasiego, exilio, y aprendizaje. Es encomiable su claridad y para mí, pero esto ya es envidia profesional, es una forma de escribir que ya me gustaría que la tuviéramos muchos de los que nos dedicamos al oficio de estrujar letras, en argot del Baraka. Es capaz de recrear la imagen de los blaqueños en un día festivo, analizar su indumentaria, retratar sus gestos y sobre todo, me parece impresionante, recordar los olores de nuestra iglesia hace más de medio siglo. Es algo que personalmente me parece que desprende un amor al pueblo, a sus gentes y a sus costumbres que sólo se entiende con esa adicción que crea en nuestro interior un pueblo que ha inundado nuestra alma desde que dimos los primeros pasos. Hemos dicho alguna vez que Blacos es muchas cosas, pero es sobre todo un sentimiento, y éste que podéis leer debajo es el mejor ejemplo. Muchas gracias. Pasa el tiempo, pasa la vida, pasan los años, pero hay dos cosas que no pasan nunca. Bueno una, la memoria, no pasa nunca hasta que la perdemos. Y la otra, la que es permanente, es el sentimiento. Podemos estar ahogados por las llagas de la vida, aterrados por sus obstáculos, esclavos de sus decisiones, pero yo estoy seguro de que por encima de todo eso se mantiene el sentimiento, aunque haya veces que no podamos expresarlo porque hemos perdido la palabra o se nos ha borrado la memoria. Aún así, instalados en la nube del olvido, siempre queda un lugar para el sentimiento. Y encontrar una persona que lo expresa de esta manera después de más de medio siglo nos sirve, a mí me sirve, para seguir escribiendo aquí... con sentimiento.