Hay veces que para entrar en esta página hay que hacer un importante ejercicio de voluntad. Es algo así como un “deja vu”, que en castellano viene a significar,"algo ya visto". La página por desgracia no tiene demasiado margen para la sorpresa porque sabes perfectamente con lo que te vas a encontrar, y que es casi siempre lo mismo que ayer, lo mismo que la semana pasada y con un poco de mala suerte lo mismo que ya habías leído el mes pasado. Y para evitar los comentarios enrevesados de los maledicentes, diré que esto no es una crítica. Es simplemente la realidad, que se puede comprobar entrando y leyendo un rato. Pero hay otras veces, pocas, que ¡0h!, salta la sorpresa y descubres algo distinto. Yo no me atrevería a decir que algo inédito porque google es un arma infalible para descubrir plagios o estilos más o menos sospechosos. Pero entonces se puede hacer un pequeño esfuerzo suplementario e ir más allá. No leer de manera literal lo que se escribe, sino buscar mensajes escondidos entre líneas, reproches encubiertos entre letras inocuas, e incluso odios soterrados bajo la armonía de frases bien copiadas, quiero decir bien construidas. Y yo esto lo hago después de rendirme a la evidencia de que nunca sabré quien es el autor de esos mensajes. Pero detrás de muchos de ellos, con la misma firma, se puede descubrir un mundo tormentoso de relaciones viciadas por la cercanía, de tormentosas preocupaciones por los encuentros a la vuelta de la esquina. o por definiciones abruptas que siempre deben tener un sujeto. Cuando alguien lanza un dardo no lo suele hacer al aire. Aunque sea de forma imaginaria, estoy seguro que los dirige hacia una diana que tiene una cara dibujada en el centro y en la que intenta fijar su puntería para dañarla o destrozarla. Dando por hecho que ni sé, ni me importa, de quien es la mano que lanza la flecha, me esfuerzo en descubrir los perfiles del sujeto al que va dirigida. Se puede llegar fácil a la conclusión de que es a más de uno, pero todo ello siempre en la nebulosa del abstracto, porque ya se encarga de evitar cualquier pista que lo delate. Entonces llegas a la conclusión de que es un enfrentamiento personal, y que el autor del lanzamiento de ese dardo envenenado es el único, o la única, que tiene muy claro su objetivo. También se puede llegar a pensar que el de la diana, también puede saber que es a él a quien se dirige el dardo. Aunque si es así, o no se da por aludido, o no se ha enterado que tiene enfrente una mano armada con la flecha que busca su cuerpo. Vale, ¿y entonces de que sirve? Se establece una batalla, se libra a campo abierto, a la vista de todos los que nos acercamos hasta aquí, pero nos obliga a mantenernos a tanta distancia que nos impide descubrir quienes son los contendientes. Vale ¿y entonces para qué? No tiene ningún sentido que nos haga partícipes de sus afrentas y de sus enemigos si nos oculta los nombres de esos enemigos y se aleja de cualquier posibilidad de que descubramos el motivo de la batalla. Y lo que sí consigue es que se disparen las elucubraciones y se acabe creando un mal clima que puede empujar a que alguien pueda tomar partido por alguno de los contendientes, aunque deberá dejarse llevar por impresiones y nuca por certezas.
Puede estar bien que esa guerra virtual se desarrolle en este foro, porque le da cierta animación, la envuelve en un cierto misterio y a algunos nos sirve para escribir cuando las musas deciden tomarse unas vacaciones. Vale ¿pero que sentido tiene? Si quien lanza el dardo quiere hacer aliados debería concretar más sus objetivos y si lo que quiere es que el dardeado tenga más enemigos también debería esforzarse en aclarar más cuales con los motivos de su rencor y de su odio. Porque si algo parece claro es que en esta batalla no existe el propósito de hacer prisioneros.
Así las cosas, la sensación es que asistimos a una especia de partido de fútbol en el que a los jugadores se les ha borrado el nombre, se les ha quitado la cara y cualquier signo que los identifique. Hombre, si el partido lo quieres jugar en nuestro campo debes darnos pistas de cual es el equipo local y cual el visitante para poder decidir a quien animamos. Si no lo que pueda pasar es que los espectadores acaben invadiendo el cesped para que el partido se juegue en otro campo. O para que se dispute a puerta cerrada, que también puede ser.
Puede estar bien que esa guerra virtual se desarrolle en este foro, porque le da cierta animación, la envuelve en un cierto misterio y a algunos nos sirve para escribir cuando las musas deciden tomarse unas vacaciones. Vale ¿pero que sentido tiene? Si quien lanza el dardo quiere hacer aliados debería concretar más sus objetivos y si lo que quiere es que el dardeado tenga más enemigos también debería esforzarse en aclarar más cuales con los motivos de su rencor y de su odio. Porque si algo parece claro es que en esta batalla no existe el propósito de hacer prisioneros.
Así las cosas, la sensación es que asistimos a una especia de partido de fútbol en el que a los jugadores se les ha borrado el nombre, se les ha quitado la cara y cualquier signo que los identifique. Hombre, si el partido lo quieres jugar en nuestro campo debes darnos pistas de cual es el equipo local y cual el visitante para poder decidir a quien animamos. Si no lo que pueda pasar es que los espectadores acaben invadiendo el cesped para que el partido se juegue en otro campo. O para que se dispute a puerta cerrada, que también puede ser.