Ya está ahi la carreta, la carreta del tío Crispín, lo ha dicho el viento, el polvo y el eco del carrascal. Ya entra por las eras, con calma y serenidad, como remansando el tiempo en pura contemplación. Entra en las calles del pueblo, rodeadas de sus historias,, los niños la esperamos y el tío Crispín, con una suave sonrisa nos deja montar. De un rayado talego, saca chorizo y pan, con una pequeña navaja, hace trozos y nos dá, sentados en las talegas, comemos chorizo con pan. Ya va bajando la cuesta, la cuesta del Palomar y el tío Crispín sonriendo nos manda apear. Ya va por la carrera, las ruedas se oyen llorar, pasa por la venta y la Hermita sonriendo está, ya se aleja por la dehesa, con la paz del campo vá.
El último molinero.
El último molinero.