BLACOS: A veces los deseos quieren ser tan buenos que no encuentran...

A veces los deseos quieren ser tan buenos que no encuentran palabras para expresarse. Son fechas en las que nos cargamos de buenos propósitos y nos cubrimos de un halo de bondad que nos obliga a llenar de las mejores intenciones el mundo que nos rodea. Son fechas propicias para el olvido de lo humano y para encumbrarno en objetivos divinos. La Navidad se convierte en un examecolectivo de conciencia, y todos queremos cerrar el balance del año con el haber lleno de números positivos y el debe con un raquítico cero despreciable. En dos semanas queremos superar todos los obstáculos que nos han ido poniendo los otros 350 días y nos damos un baño de amnesia para acercarnos a lo sublime y dejar lo terrenal tirado a los pies del olvido. La Navidad alumbra una nueva vida en la que no tiene cabida la mezquindad, la envidia, el embuste o la patraña. Nacemos al nuevo año inmaculados, limpios de polvo y paja, y con un aura de buenas personas que se nos antoja imposible de perderla en el año siguiente. Pero todos sabemos que antes o después se resiente, se rompe, se resquebraja o directamente se destruye. Y es que si no fuera así la Navidad no tendría razón de ser. Sólo el sentirnos culpables nos hace sensibles en estos días, sólo el haber sido injustos nos hace enmendarnos, sólo el haber sido distantes nos invita a la cercanía, únicamente el haber perdido el amor, la familia, la amistad,.... nos hace llegar a estas fechas buscando siempre un reeencuentro, un recuerdo, un abrazo, un beso o simplemente una mirada de complicidad. Es lo que tiene la Navidad. Tiene propósito de enmienda y por eso todos la llenamos de buenos deseos para los demás. Pues eso os hago llegar mis buenos deseos y ojalá se cumplan todos los vuestros. FELIZ NAVIDAD.