Título: La página en blanco
Hola, Qué tal? Soy tu amiga la página en blanco. Espero que al recibo de esta te encuentres bien de salud y de escritura. Yo bien, pero con el deseo permanente de poder abrazarte... y algo más.
Quizás veas en mí un aspecto ajado y decadente, con los bordes amarillentos por el paso del tiempo, y con mis líneas temblando de soledad. Es cierto, ya tengo una edad, una edad en la que todas mis compañeras están llenas de líneas, repletas de palabras y con una familia numerosa de frases y expresiones de felicidad, de tristeza, de dolor, de angustia, de amor, de soledad... Yo no, estoy blanca, pura, virgen y vacía.
Hace mucho tiempo que mis renglones sueñan con fantasías en las que apareces como mi príncipe azul. Sueño que ese delicioso líquido cálido del bolígrafo penetra en cada una de mis arrugas de papel y la tinta germina en mi interior hasta explotar en un torrente que me invade, y estalla en un éxtasis de plenitud. Me han contado mis compañeras de que hay muchas formas de hacerlo y que casi todas producen un placer inmenso. Yo me conforme con que te desnudes, te inclines sobre mí, y tu bolígrafo dibuje mis fantasías, se adentre hasta mis entrañas y bese cada uno de los perfiles de mi cuerpo, dándoles forma y llenándolos de vida en cada movimiento con el que se mueva sobre mi cuerpo. Después llena de satisfacción por dentro y de anhelos por fuera, guardaré reposo en la más absoluta tranquilidad y esperaré a que ese ímpetu del bolígrafo se convierta en un nacimiento, el primer nacimiento de vida en una página que hasta ahora languidecía triste y decadente en esta página olvidada.
Mis hijos, tus frases, darán sus primeros pasos en la vida del universo de Blacos, y seguro que engendrarán nuevas páginas en blanco que buscarán superar el mismo ciclo que a mí ahora me llena de felicidad. Sólo pido esa relación frugal, esos momentos en que los dos, escritor y página nos convertimos en uno, y nuestros cuerpos se funden en el deseo, y porque no decirlo, en la necesidad.
Mi felicidad en este momento es plena, los dos disfrutamos con la calma que llega después de la tempestad, de ese cigarrito indolente, los dos tendidos sobre la sábana blanca de la página vacía. Además hemos intimado mucho, y ya somos capaces de contarnos nuestros pensamientos íntimos y nos acariciamos con la alegría que nos da hablar de Blacos, el lecho de nuestros sueños, el colchón de nuestras relaciones.
Es todo, ha sido un placer de verdad. Aquí quedo a la espera de tus noticias. Anhelo que nos veamos pronto. Lo necesito. Necesito que alguien me escriba para dejar de ser otra página vacía.
Fdo. La página en blanco
Hola, Qué tal? Soy tu amiga la página en blanco. Espero que al recibo de esta te encuentres bien de salud y de escritura. Yo bien, pero con el deseo permanente de poder abrazarte... y algo más.
Quizás veas en mí un aspecto ajado y decadente, con los bordes amarillentos por el paso del tiempo, y con mis líneas temblando de soledad. Es cierto, ya tengo una edad, una edad en la que todas mis compañeras están llenas de líneas, repletas de palabras y con una familia numerosa de frases y expresiones de felicidad, de tristeza, de dolor, de angustia, de amor, de soledad... Yo no, estoy blanca, pura, virgen y vacía.
Hace mucho tiempo que mis renglones sueñan con fantasías en las que apareces como mi príncipe azul. Sueño que ese delicioso líquido cálido del bolígrafo penetra en cada una de mis arrugas de papel y la tinta germina en mi interior hasta explotar en un torrente que me invade, y estalla en un éxtasis de plenitud. Me han contado mis compañeras de que hay muchas formas de hacerlo y que casi todas producen un placer inmenso. Yo me conforme con que te desnudes, te inclines sobre mí, y tu bolígrafo dibuje mis fantasías, se adentre hasta mis entrañas y bese cada uno de los perfiles de mi cuerpo, dándoles forma y llenándolos de vida en cada movimiento con el que se mueva sobre mi cuerpo. Después llena de satisfacción por dentro y de anhelos por fuera, guardaré reposo en la más absoluta tranquilidad y esperaré a que ese ímpetu del bolígrafo se convierta en un nacimiento, el primer nacimiento de vida en una página que hasta ahora languidecía triste y decadente en esta página olvidada.
Mis hijos, tus frases, darán sus primeros pasos en la vida del universo de Blacos, y seguro que engendrarán nuevas páginas en blanco que buscarán superar el mismo ciclo que a mí ahora me llena de felicidad. Sólo pido esa relación frugal, esos momentos en que los dos, escritor y página nos convertimos en uno, y nuestros cuerpos se funden en el deseo, y porque no decirlo, en la necesidad.
Mi felicidad en este momento es plena, los dos disfrutamos con la calma que llega después de la tempestad, de ese cigarrito indolente, los dos tendidos sobre la sábana blanca de la página vacía. Además hemos intimado mucho, y ya somos capaces de contarnos nuestros pensamientos íntimos y nos acariciamos con la alegría que nos da hablar de Blacos, el lecho de nuestros sueños, el colchón de nuestras relaciones.
Es todo, ha sido un placer de verdad. Aquí quedo a la espera de tus noticias. Anhelo que nos veamos pronto. Lo necesito. Necesito que alguien me escriba para dejar de ser otra página vacía.
Fdo. La página en blanco