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La Efemérides

Creo que en alguna otra ocasión ya he dicho en este mismo foro que el 14 de marzo es una fecha muy especial. Exactamente hace 104 años que es una fecha especial en el calendario de mis sentimientos, en ese calendario que no hay ni enero ni abril, ni lunes ni jueves, ni primavera ni otoño. Es un calendario que se alimenta de recuerdos o de experiencias vividas que se pueden o no recordar. Pero también es algo más. Es uno de esos días en el que a veces se hace examen de conciencia. Es algo así como si ese día de cada año, la propietaria de la efemérides te hiciera una evaluación, a la que te enfrentas con la intención de sacar una muy buena nota. Y para ello no escatimas esfuerzos, circunloquios o directamente mentiras, con ese ánimo de que todo vale para pasar el trance de la mejor manera posibles. En tu examen dices que la experiencia de la vida te ha sosegado el alma y que ya no te manchas en el barro de las calumnias o de las injurias. También pones en tu examen que te has convertido en un ser desprendido y altruista con el objetivo de vivir la vida y facilitar que los demás la vivan también de la mejor manera posible. Te olvidas señalar que ya hace tiempo que te has desprendido de la envidia y que eres capaz de disfrutar simplemente con ver como lo hacen los que te rodean. Tampoco te acuerdas de mencionar que aquellas promesas que hiciste no fueron más allá de frases que sonaban bien, que perfilaban buenas intenciones pero que escondían escasos propósitos. Al tiempo que avanza la prueba comienza a invadirte una desazón, que es la alarma de aquellos que mienten cuando no quieren decir la verdad.
Lo que pasa es que, al otro lado de la vida, la persona que te examina se sabe todas las respuestas. Y en el mejor de los casos puede disimular escondida detrás del cariño y de la ternura, incluso puede dejarse engañar y aprobarte con una sonrisa, o ponerte un sobresaliente con una palmadita en el hombro.
Pero el examen se complica mucho cuando al otro lado de la mesa te interroga tu propia conciencia… Ahí, en ese lance a cuerpo descubierto se descubren las flaquezas como si fueran granos de acné en las mejillas. Se puede negar todo, incluso se puede negar hasta la verdad, pero siempre se hace con la seguridad de que no hay engaño posible, porque antes de empezar a mentir, la conciencia silente sabe toda la verdad, pero es que además conoce al dedillo cualquier mentira, aunque sea imprevisto, espontánea y argumenatada..
Son reflexiones en uno de esos días que te invade la nostalgia por los buenos años vividos, también por esas noches de insomnio. Y es que la vida se reduce en muchos casos a una sucesión de recuerdos. Lo único que podemos procurar es que esos recuerdos sean buenos, aunque haya algunos malos. Y que en ningún caso sientas la necesidad de utilizar la mentira para borrar la verdad. Porque en un alarde de generosidad puedes borrar hasta la efemérides. Hasta esa que tiene un programa fijo, aunque no aparezca en el calendario, en ese calendario que sí tiene enero y abril, lunes y jueves y primavera y otoño. Es la verdad.