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BLACOS: Gracias alcaldesa...

Gracias alcaldesa

Tal como te lo digo. Acabo de leer que un bar del Burgo, en la esquina de la plaza, y sobre todo su camarero, tiene el privilegio de estar en cabeza de los comentarios negativos en internet. Vamos, creo que sólo hay un comentario, seguro que de la familia, que lo pone bien. El resto los llama guarros, antipáticos, malos profesionales, y unas cuantas lindezas de más grueso calibre. Y entonces me he dicho voy a ser positivo. Y no se me ha ocurrido otra cosa que hablar de lo de siempre, de mi pueblo. Y tengo que comenzar dando las gracias a la alcaldesa porque entendió perfectamente mi carta de felicitación por su nuevo cargo. Cada vez que había que echar una mano y trabajar, llevando mesas, poniendo sillas, colaborando en la caldereta… demostró que se conoce al dedillo mi vagancia, y muy amablemente venía, me invitaba a echar un cigarrito a la sombra y me sacaba del escenario de trabajo para que nadie se diera cuenta de mi inoperancia y empezara a mirarme con malos ojos. Muchas gracias, de verdad, tú sí que me entiendes y no esa cuadrilla de malos amigos que siempre van por ahí con el cuento de que no pego ni golpe, de que soy un señorito y muchas más acusaciones que no quiero recordar porque me afectan seriamente a mi equilibrio mental. Y claro, después de todo esto, yo quiero corresponderle de alguna manera mi querida alcaldesa. Y como la vi muy preocupada por la situación de las tuberías del agua y las constantes averías, me puse a pensar, y creo que he encontrado una solución. Sólo tienes que aguantar hasta Semana Santa. El primer día que lleguemos mi primo el Baraka y yo nos ponemos manos a la obra. La técnica es fácil. Nos vamos hasta la fuente del Santo y él se pone a soplar por la tubería. Yo voy recorriendo el tramo de tuberías, y allí donde se levante la tierra es el lugar exacto donde hay que arreglarlas. No te preocupes Chus que está todo calculado. Llegaremos el jueves por la mañana y estaremos hasta el lunes después de comer. Son cinco días, divididos entre los siete kilómetros de tuberías. Tenemos que supervisar un kilómetro y medio al día. Eso no es nada porque yo andando hago una media de seis kilómetros hora. Lo único que necesitaremos es un pocero para que haga el agujero, esos exige esfuerzo y ya sabes que yo no, y luego un manitas que aplique la silicona en el roto, y listo. Evidentemente la media bajará un poco porque al Baraka hay que darle un descanso cada cuarto de hora para que recupere la capacidad pulmonar. Pero con un poco de chorizo de León y tintorro del Bierzo podemos acortar los tiempos de pausa y mejorar la capacidad de soplo del niño.
¿Problemas que nos podemos encontrar? El más peligroso, la dureza del terreno. Con lo que llueve en Blacos va a ser tan duro como excavar roca de granito. Y ahí nosotros no entramos porque le geología es una de las pocas cosas que escapa a nuestro conocimiento. Por eso se me ocurre, como medida de emergencia, que desde principios de marzo alguien se dedique a ablandar el terreno con una regadera o algún instrumento parecido. Pero eso sí, que el agua se la lleve desde el río porque si gasta la de la fuente no se nos llena el depósito y lo que hacemos es desvestir un santo para vestir a otro. No sé, igual esta última parte se puede perfeccionar. Por si acaso Chus dale una vuelta sin eso.
Luego otro problema, este ya de capacidad, es que desde hoy nos ponemos manos a la obra para estudiar sobre plano las curvas de nivel, los empalmes de las tuberías, las zonas de riesgo, los lugares que estadísticamente han provocado más averías, las curvas de consumo histórico en Semana Santa etc. Y todo esto nos lleva mucho tiempo. Así que mi primo tendrá que abandonar por unos meses los planos para la construcción del metro desde la Eras hasta el Santo. Los llevaba muy avanzados, pero voy a tratar de convencerle de que cambie el itinerario, y que el túnel vaya pegado a las tuberías del agua. Al al abrirlo lo hacemos un poco más ancho y podemos ir cambiando al mismo tiempo esas tuberías en la misma obra, con los mismos plazos y sin necesidad de subvención. Pero todo esto como plan b por si nos falla lo del soplo. Por qué, quién nos dice que el Baraka no llegue en Semana Santa acatarrado y no puede soplar porque está lleno de flemas, eh? Toma, para que luego digan que no pensamos.