Tengo un rato libre y me he acercado hasta aquí en una actitud proactiva. Y me digo, sería un buen momento para revitalizar la página y contar cada uno lo que se le ocurra, aunque le parezca algo trivial. Podemos contribuir a que en esa cárcel doméstica en la que os encontráis muchos de vosotros, tengáis que dedicar un tiempo a entrar aquí y leer aquello que en otras circunstancias no se contaría, pero en estos cobra una importancia vital porque puede ayudar a sacudirnos un poco el tedio y el aburrimiento. Primero se busca la página con la ilusión de encontrar algo nuevo, luego se disfruta cuando se mira por encima y se ve que alguien ha respondido a este reto. Y después se dedica un rato a leer lo que se ha escrito. En mi opinión sería recomendable no hablar para nada de esta agonía que nos consume. Es mejor contar historias agradables, humorísticas si es posible o históricas si alguien tiene datos para hacerlo. Sería algo así como una contribución de cada uno a la esperanza de los demás. Os puedo asegurar, al menos me pasa a mí, que mientras leo o escribo en esta página, me olvidó de todo lo que me rodea. Y es que cuando hablamos de cosas que tenemos en común parece que nuestro cerebro es capaz de aislar todo aquello que lo perturba. Yo intentaré aportar en todo lo que me permita mi trabajo. Desde este momento me pongo a pensar algo que todavía no haya contado en este foro. Ánimo.