Que no se diga. En Blacos se cumplen las normativas a rajatabla. Y aquí tenemos a las chicas de la peña mas longeva del pueblo dando ejemplo. Se dice, se comenta por los pueblos de los alrededores que en la noche del último viernes de julio había un fiestón en Blacos, que se escuchaba la música hasta en el Burgo. Que vaya juerga que se habían montado. FALLLLLLSO. En los dias que yo he estado por el pueblo el comportamiento ha sido de diez. Ni fiestas nocturnas, ni el vermut mañanero, ni los potes de las tardes, ni cenas con sus respectivos pacharanes, porque lo que son cubatas ya cada vez menos, que se nos está pasando la juventud y nos está entrando la sensatez. Una paz, una tranquilidad, un sosiego, vamos, que parecia que estábamos en Torreblacos. Fíjate hasta donde ha llegado la cosa que le hice firmar a la ilustrísima alcaldesa un documento jurándome que el pueblo donde me encontraba era Blacos. Boo, para que luego digan.