EL MALO BONACHÓN
En el caso, milagroso, de que un día fuera director de cine, lo contrataría con los ojos cerrados para hacer de malo en mi película del oeste. Pero no sería ese malo odioso que hace que toda la sala esté rezando para que se lo carguen de una maldita vez. No. Sería ese malo bonachón, que enseguida se hace querer por todos, que despierta tal simpatía que cuando lo mata el sheriff, muchos se van de la sala porque para ellos ya ha terminado la película. Se podría titular algo así como " Mariano Spencer, el colt más rápido a este lado del Milanos". Sería un tipo duro, acostumbrado a buscarse la vida en ranchos lejanos en lo que aprovechó todos las horas de soledad para practicar en el manejo de las armas, hasta convertirse en un auténtico relámpago a la hora de desefundar. Sería el más rápido en el salón y hasta ahora nunca habría perdido ningún duelo. Estaría un poco cansado de enfrentarse a todos los cazarecompensas que lo buscarían sobre todo para ganar gloria por haberse cargado al mejor. Sería un tipo duro y bregado, capaz de aguantar varias noches sin dormir, pero sin perder reflejos a la hora de la refriega. No sería un provocador, nunca iniciaría las peleas. Se limitaría, con cierto hastío a acabarlas cuando no le quedara otro remedio. Tiodo esto y mucho más dice esta fotografía. También dice que es un tío limpio y aseado, de esos vaqueros que no se quitan el calzoncillo de manga larga cuando se bañan, para enjabonarlo al mismo tiempo que su cuerpo. Eso o ese día estaba de estreno y se había puesto muda limpia para cabalgar a lomos de las fiestas de su pueblo. De una u otra manera sería uno de esos pistoleros que no dejan a nadie indiferente. Su cara, su mirada osada y desafiante, dibujan un semblante acostumbrado a vivir muchos más años que los que hace que lo bautizaron. Es un gesto lleno de aplomo y seguridad en sí mismo. Y esto sólo se consigue cuando eres un tipo viajado, amigo de muchas culturas, cliente de muchas cocinas y huésped de cientos de hoteles. Su gesto de desenfundar es un poco desganado, como si inconscientemente lo fiara todo a su seguridad y a su rapidez ante el enemigo. A estas alturas de la película, los espectadores ya se han enamorado de este malo bonachón, y al bueno de la película lo han empujado a un papel secundario. En las películas tradicionales el malo no puede sobrevivir, porque hay que lanzar el mensaje de que la bondad siempre debe imponerse. Pero esta fotografía lo que demuestra es que es malo sólo en la imaginación del director. En realidad no ha matado ni a una mosca. El mejor ejemplo es que hace rato que ha desenfundado y el fotógrafo todavía vive para contarlo. Lo dicho, Mariano Spencer el malo bonachón de esa pelí que nunca, por lo menos hasta ahora, he conseguido dirigir.
En el caso, milagroso, de que un día fuera director de cine, lo contrataría con los ojos cerrados para hacer de malo en mi película del oeste. Pero no sería ese malo odioso que hace que toda la sala esté rezando para que se lo carguen de una maldita vez. No. Sería ese malo bonachón, que enseguida se hace querer por todos, que despierta tal simpatía que cuando lo mata el sheriff, muchos se van de la sala porque para ellos ya ha terminado la película. Se podría titular algo así como " Mariano Spencer, el colt más rápido a este lado del Milanos". Sería un tipo duro, acostumbrado a buscarse la vida en ranchos lejanos en lo que aprovechó todos las horas de soledad para practicar en el manejo de las armas, hasta convertirse en un auténtico relámpago a la hora de desefundar. Sería el más rápido en el salón y hasta ahora nunca habría perdido ningún duelo. Estaría un poco cansado de enfrentarse a todos los cazarecompensas que lo buscarían sobre todo para ganar gloria por haberse cargado al mejor. Sería un tipo duro y bregado, capaz de aguantar varias noches sin dormir, pero sin perder reflejos a la hora de la refriega. No sería un provocador, nunca iniciaría las peleas. Se limitaría, con cierto hastío a acabarlas cuando no le quedara otro remedio. Tiodo esto y mucho más dice esta fotografía. También dice que es un tío limpio y aseado, de esos vaqueros que no se quitan el calzoncillo de manga larga cuando se bañan, para enjabonarlo al mismo tiempo que su cuerpo. Eso o ese día estaba de estreno y se había puesto muda limpia para cabalgar a lomos de las fiestas de su pueblo. De una u otra manera sería uno de esos pistoleros que no dejan a nadie indiferente. Su cara, su mirada osada y desafiante, dibujan un semblante acostumbrado a vivir muchos más años que los que hace que lo bautizaron. Es un gesto lleno de aplomo y seguridad en sí mismo. Y esto sólo se consigue cuando eres un tipo viajado, amigo de muchas culturas, cliente de muchas cocinas y huésped de cientos de hoteles. Su gesto de desenfundar es un poco desganado, como si inconscientemente lo fiara todo a su seguridad y a su rapidez ante el enemigo. A estas alturas de la película, los espectadores ya se han enamorado de este malo bonachón, y al bueno de la película lo han empujado a un papel secundario. En las películas tradicionales el malo no puede sobrevivir, porque hay que lanzar el mensaje de que la bondad siempre debe imponerse. Pero esta fotografía lo que demuestra es que es malo sólo en la imaginación del director. En realidad no ha matado ni a una mosca. El mejor ejemplo es que hace rato que ha desenfundado y el fotógrafo todavía vive para contarlo. Lo dicho, Mariano Spencer el malo bonachón de esa pelí que nunca, por lo menos hasta ahora, he conseguido dirigir.
Buenos días,
Me gusta la peli porque no está doblada y el tono, el timbre, la melodía de la voz de Spencer es igual que la del actor padre que tantas pelis protagonizó en Blacos. Los Spencer y la mamá son una gota de agua en la sequía en el trasiego por los caminos polvorientos
Gracias Alejandro. Es un texto maravilloso. Gracias pistolero a ti y a los tuyos. Magnífico retrato de la personalidad del actor!.
Q tengáis buena mañana pasainos!
Sabed que los niños Blaquenses también gozaban de esa bondad al escuchar sus cuentos!
Me gusta la peli porque no está doblada y el tono, el timbre, la melodía de la voz de Spencer es igual que la del actor padre que tantas pelis protagonizó en Blacos. Los Spencer y la mamá son una gota de agua en la sequía en el trasiego por los caminos polvorientos
Gracias Alejandro. Es un texto maravilloso. Gracias pistolero a ti y a los tuyos. Magnífico retrato de la personalidad del actor!.
Q tengáis buena mañana pasainos!
Sabed que los niños Blaquenses también gozaban de esa bondad al escuchar sus cuentos!