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BLACOS: Olé y Olé...

Olé y Olé

Ha sido mencionar a los anónimos y todo el mundo se ha puesto a escribir,. Lo han hecho hasta los anónimos, eso sí de buen rollito y apelando a los milagros del genio de la lámpara y a la fe poderosa de la Virgen de Valverde para que seamos un pueblo ejemplar y que las próximas navidades rueden en Blacos al anuncio de los bombones que reconocen al pueblo más ejemplar de España. También es muy humano echar mano del poder milagroso de la Virgen de Valverde para que solucione los problemas que nosotros somos incapaces de solucionar. La Virgen me da la sensación de que hace tiempo que ha dejado de creer en nosotros y vive en un absoluto desamparo emocional. Primero lla dejamos al al albur del invierno sin un simple paraguas en el que esconderse de la lluvia que se colaba por un tejado sin tejas. Después le robaron todo lo que tenía a su alrededor y por último le han quitado los campanillos, que le ofrecían música y alegría en los días señalados. Y todo ello lo sufre en el destierro al tener que abandonar su casa para evitar la codicia humana. Con estos antecedentes puede que la Virgen de Valverde no tenga en buen concepto a la especia humana como para volver a preocuparse de nuestras necesidades o de nuestros deseos como pueblo. Y seguro que piensa que la ayuda es para quien se deja ayudar y no son tiempos en los que nadie se esfuerce en ayudar a quien no se ayuda a sí mismo ni se preocupa en absoluto del prójimo. La teoría religiosa, a la que debe pertenecer nuestra patrona defiende almas débiles y conciencias entregadas. Llevan muy mal eso de los espíritus libres con conciencia crítica. Y seguro que llevan peor el egoísmo y la insolidaridad que preside las sociedades modernas.. Seguro que no comparten esa individual que rige nuestro actuar, ese uso y abuso de lo colectivo en beneficio de lo personal, esa marea de yo hago lo que quiero y el que venga detrás que arreé. Nunca se nota tanto el individualismo como cuando se exige un esfuerzo colectivo. Nunca cotiza menos el egoísmo que cuando se exige un comportamiento social. Y así nos luce el pelo, y esto no cambia por muchas velas que pongamos a la Virgen de Valverde, a San Acacia a San Miguel o a San Pedro Bendito.
En ese alarde de generosidad literaria también hemos conocido la historia del logro del voto femenino en 1931. Es verdad. Y se demostró que ya entonces sufríamos una política viciada por cualquier interés menos por el de la sociedad. Su máxima defensora fue Clara Campoamor. Una abogado y política que pensaba en el bien común y en el derecho colectivo de todas las mujeres españolas. Vamos, una política con ideales, algo que no se entiende en la actualidad. Mucho más comprensible es el papel de Victoria Kent, otra abogado y polÍtica que se oponía al voto de las mujeres. Y se oponía a pesar de su educación liberal y de defender el feminismo. Pero se oponía por egoísmo y por táctica política. Su partido y todos los partidos de izquierda no querían que votarán las mujeres porque decían que la mayor parte de ellas estaban muy aconsejadas y manejadas por la iglesia, y que por tanto iban a votar a partidos de derechas. Os suena verdad? La política al servicio del interés de cada uno en cada momento y en cualquier lugar. Y si para conseguir ese beneficio hay que cambiar de principios, de ideas e incluso de familia, pues se cambia y ya está. Es decir, que nada de lo que vemos y oímos ahora en el Congreso es nuevo. Ya se conocía hace casi un siglo, y los políticos de entonces se pod´ñian haber cambiado por lio de ahora, y viceversa, y nadie se hubiera dado cuenta.
Menos mal que siempre hay un rayo de luz en la pluma de mi primo el Baraka. Nio pierde el tiempo en elucubraciones, en opiniones ficticias, ni en críticas existenciales o denuncias de los que yo hago pero que se debe prohibir a mi vecino. Mi primo es tan sincero que hasta parece que desentona. A él sólo le interesa la parte lúdica de la sociedad. Carpe diem, vivir el momento y hacerlo de la mejor manera posible. Lo demás, allá cada uno con sus problemas y sus circunstancias. Y además tiene la buena costumbre de poner siempre su nombre a todo lo que escribe, por si acaso hay un sorteo y le toca y nadie sabe quién es. Y también poor eso nunca critica, ni a los demás que escriben, lo hagan con su nombre real, con un seudónimo o con un nombre ficticio cada vez que se asoma por estos lugares. Pero es igual, aunque no pusiera ningún nombre, yo sabría perfectamente que es él, porque nunca se mete con nadie, no da lecciones a nadie y no impone, ni trata de imponer, los temas sobre los que se debe o no se debe hablar en esta página. Y también lo conocería porque somos transparentes el uno con el otro. Claro, que por eso me daría un parraque si lo viera un día poniendo velas a la Virgen de Valverde o frotando la lámpara de Aladino para que todos nos esforzáramos en mejorar como sociedad. Antes de eso estoy seguro que le pediría un avance de los números que van a salir premiados en la bonoloto, o el mejor lugar de Barakaldo para encontrar setas.