Ciudad del Cielo.
Luces tenues en la oscuridad reflejan en tus teselas
armoniosamente incrustadas como cuadrados de un tablero de ajedrez.
En la entrada del Palacio estabas para salvaguardar mi inocencia.
Hechicera sabía y valiente.
Pues aquella mujer de mirada lasciva, abarrotada de deseo
puso su mano sobre la parte alta de mi pantalón
sobre la pana que vestía mi
pierna doblada bajo la mesa de la taberna.
Estábamos cuatro en la mesa y solo tú y yo lo notábamos.
Volverá a anochecer y el silencio reinará de nuevo.
Pero esta vez seré yo quien te ronde morena.
Cantaremos hasta el amanecer aquello de "soñé que la nieve ardía".
Ruinas mensajeras de las penas,
Dinteles portadores de las esperanzas.
Balcones mirando al valle sin mirar
tu pelo azabache que me traiciona.
Inmaculada García.
Versiono mi original de fecha 2/9/2015
Espero os guste blaquenses.
Luces tenues en la oscuridad reflejan en tus teselas
armoniosamente incrustadas como cuadrados de un tablero de ajedrez.
En la entrada del Palacio estabas para salvaguardar mi inocencia.
Hechicera sabía y valiente.
Pues aquella mujer de mirada lasciva, abarrotada de deseo
puso su mano sobre la parte alta de mi pantalón
sobre la pana que vestía mi
pierna doblada bajo la mesa de la taberna.
Estábamos cuatro en la mesa y solo tú y yo lo notábamos.
Volverá a anochecer y el silencio reinará de nuevo.
Pero esta vez seré yo quien te ronde morena.
Cantaremos hasta el amanecer aquello de "soñé que la nieve ardía".
Ruinas mensajeras de las penas,
Dinteles portadores de las esperanzas.
Balcones mirando al valle sin mirar
tu pelo azabache que me traiciona.
Inmaculada García.
Versiono mi original de fecha 2/9/2015
Espero os guste blaquenses.