Era difícil, muy difícil. A vecess tener mucho tiempo para pensar es bueno, porque ayuda a reforzar ideas, o incluso a cambiarlas. Pero también puede provocar una ansiedad innecesaria. Y tener que tomar decisiones inesperadas, como suspender durante dos años la fiesta. Y es que a mí me parece más complicado esto que seguir el programa habitual. Y a todo esto se añade la inquietud de todos ante la llega de una fiesta que debía acumular las sensaciones y la ilusión de tres años seguidos. Y a ello respondió la comisión con un ejercicio de imaginación, esfuerzo, sacrificio y sabiduría. Fueron capaces de dibujar un poema medieval en el que consiguieron que rimarán hasta los versos sueltos, para completar un glosario de unas fiestas inolvidables. Utilizando un argumento fácil, fueron unas fiestas grandes, como un castillo de grandes.
Hasta los más expertos críticos musicales tuvieron que decir que la orquesta del viernes tocaba de maravilla. Ellos pusieron la música, y la comisión puso la letra en la que no faltó ningún detalle. Mereció la pena la espera para descubrir que Blacos sigue vivo y que su fiesta crece al ritmo del trabajo bien hecho por la comisión de cada año. Fue un placer.
Hasta los más expertos críticos musicales tuvieron que decir que la orquesta del viernes tocaba de maravilla. Ellos pusieron la música, y la comisión puso la letra en la que no faltó ningún detalle. Mereció la pena la espera para descubrir que Blacos sigue vivo y que su fiesta crece al ritmo del trabajo bien hecho por la comisión de cada año. Fue un placer.