LOS AÑOS 80
Puede que sí, o puede que no. Este año el motivo de los disfraces de la fiesta será los años 80. Para los de mi generación fue una década prodigiosa en la que cada minuto en el pueblo era una aventura apasionante. Bueno todo era una aventura apasionante menos los baños en el río Abion, a los que ya he mostrado mi odio irreconciliable en esta página. Fue una época en la que empezamos a conocer la provincia. Conocimos lugares como Berlanga, Molinos, Cubilla, Torralba, Alcubilla, Valdenarros, y tantos otros que ya se me han olvidado. Era una actividad turística y cultural de mucho nivel. Aunque había una pequeña deficiencia, bueno igual había dos. La primera, es que sólo conocíamos estos lugares en su panorámica nocturna. Y después que en realidad sólo sabíamos que había frontón o teleclub donde se hacía el baile, y luego si acaso, dominábamos el camino que había entre el baile y el bar.
Y muchas veces no lo ponía muy fácil. Por ejemplo, en Valdealvillo y Berlanga el bar estaba en la misma plaza del baile, por lo que era imposible perderse. Para perderse siempre había otros pueblos con mayor distancia. Bueno también es cierto que había distintas formas de perderse. Entre las más habituales están, uno, la de perderse por no ser capaces de encontrar el lugar al que íbamos. Y dos, perderse por no querer encontrar el lugar al que íbamos todos y buscar por el camino otro lugar al que sólo quisiéramos ir dos, Y es que no es lo mismos estar al lado que echarse a un lado.
Aunque nos perdíamos de estas formas, y de otras mucho más clandestinas, al final hacíamos reagrupamiento general y todos volvíamos al pueblo con los mismos que habíamos salido de fiesta. Era como una regla no escrita que cumplíamos siempre.
En todas esas horas había que fijarse mucho en todo, `porque al día siguiente hacíamos un resumen, o una ampliación nunca se sabe a la sombra del palo de la Luisa. Es cierto que a veces el resumen duraba más que toda la noche de fiesta. Y también es cierto que a casi siempre el resumen era una interpretación muy personal de cada uno. Pero en aquellos años no existía la posverdad, ni las noticias falsas (las famosas facke news).
Simplemente cada uno contaba la feria como le daba la gana, aunque sabía también que cada uno la interpretaba como quería. Pero lo cierto es que de una u otra forma, eran todos momentos inolvidables. Puede que sí, o puede que no.
Puede que sí, o puede que no. Este año el motivo de los disfraces de la fiesta será los años 80. Para los de mi generación fue una década prodigiosa en la que cada minuto en el pueblo era una aventura apasionante. Bueno todo era una aventura apasionante menos los baños en el río Abion, a los que ya he mostrado mi odio irreconciliable en esta página. Fue una época en la que empezamos a conocer la provincia. Conocimos lugares como Berlanga, Molinos, Cubilla, Torralba, Alcubilla, Valdenarros, y tantos otros que ya se me han olvidado. Era una actividad turística y cultural de mucho nivel. Aunque había una pequeña deficiencia, bueno igual había dos. La primera, es que sólo conocíamos estos lugares en su panorámica nocturna. Y después que en realidad sólo sabíamos que había frontón o teleclub donde se hacía el baile, y luego si acaso, dominábamos el camino que había entre el baile y el bar.
Y muchas veces no lo ponía muy fácil. Por ejemplo, en Valdealvillo y Berlanga el bar estaba en la misma plaza del baile, por lo que era imposible perderse. Para perderse siempre había otros pueblos con mayor distancia. Bueno también es cierto que había distintas formas de perderse. Entre las más habituales están, uno, la de perderse por no ser capaces de encontrar el lugar al que íbamos. Y dos, perderse por no querer encontrar el lugar al que íbamos todos y buscar por el camino otro lugar al que sólo quisiéramos ir dos, Y es que no es lo mismos estar al lado que echarse a un lado.
Aunque nos perdíamos de estas formas, y de otras mucho más clandestinas, al final hacíamos reagrupamiento general y todos volvíamos al pueblo con los mismos que habíamos salido de fiesta. Era como una regla no escrita que cumplíamos siempre.
En todas esas horas había que fijarse mucho en todo, `porque al día siguiente hacíamos un resumen, o una ampliación nunca se sabe a la sombra del palo de la Luisa. Es cierto que a veces el resumen duraba más que toda la noche de fiesta. Y también es cierto que a casi siempre el resumen era una interpretación muy personal de cada uno. Pero en aquellos años no existía la posverdad, ni las noticias falsas (las famosas facke news).
Simplemente cada uno contaba la feria como le daba la gana, aunque sabía también que cada uno la interpretaba como quería. Pero lo cierto es que de una u otra forma, eran todos momentos inolvidables. Puede que sí, o puede que no.