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recibida el día 9 de Abril de 1.863, y colocada con la solemnidad debida el día 18 de Junio de
dicho año; siendo cura párroco Don Alejandro Arranz Diez; Alcalde Constitucional Don Isidoro
Rampérez; Teniente Don Clemente Hernado y Regidores del Ayuntamiento Tomás de Domingo,
Ventura Lorenzo, Hipólito Marcos y Santiago Hernanpérez.
Esto es un breve detalle del porqué tenemos en esta iglesia tan preciado tesoro.
Han cocedido indulgencias los Excmos Señores Obispos de esta diócesis por rezar y adorar
a la Santa Reliquia, aún cuando se conserva el diploma del Ilmo. Sr. Laguerra y Menezo en un
cuadro colocado en el presbiterio. En las dos fiestas principales de la villa que son el 14 de
Septiembre y el 3 de Mayo se lleva en procesión, y por la tarde se da a adorar a los fieles.
En las tormentas y tempestades -aún cuando los párrocos no tienen obligación- no obstante
casi todos sacan esa preciada reliquia al atrio de la iglesia y con ella se hacen las bendiciones que
prescribe el ritual para estos casos.
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Reliquias de San Gregorio, Obispo de Ostia, llamado el Ostiense, y cuya fiesta celebra la
Iglesia el día 9 de mayo. De San Blas, de San Gil. de San Román, de San Alejandro, de San
Patricio y Santa María.
Todas estas reliquias, huesecillos pequeños, están puestos en el medallón de plata y entre
dos cristales, teniendo cada uno de los huesos escrita en derredor el Santo a quien perteneció.
Las ha regalado este indigno párroco a esta Iglesia, en la cual fue bautizado, confirmado,
recibió la primera comunión y por vez primera celebró en ella el Santo Sacrificio de la Misa.
De cómo y cuándo poseía yo estas reliquias le diré a mis queridos feligreses con la mayor
brevedad posible.
Pertenecieron y según testimonios fidedignos de quien vivió en su compañía, los llevaba
continuamente en el pecho el Excmo. Sr. Don Anastasio Rodrigo Yuste, hijo de El Burgo de
Osma y obispo, primero de Salamanca y después arzobispo de Burgos hasta su muerte el año
1882.
Cuando ocupaba la sede de Salamanca llevó de familiar a aquel palacio episcopal a un
sacerdote oxomense natural de La Aguilera que en tiempos del Ilmo. Señor Hercos San Martín
fue vicerrector de nuestro seminario y profesor del primer año de teología, que llamaban
entonces " Lugares Teológicos ".
Este señor que vivió siempre en compañía del Excmo. Rodrigo Yuste y que en Burgos fue
secretario de Cámara, can´nigo, dignidad de Arcipreste y por último Deán de aquella
Metropolitana, al morir el citado arzobispo, heredó entre otros recuerdos pertenecientes a aquel,
este medallón de reliquias. Este señor a que me refiero el M. I. Sr. Deán Don Nicolás Márquez y
Soto que pronunció la oración fúnebre en las exequias del arzobispo.
Como este señor tenía grandes amistades con algunos miembros de mi familia quiso y así
lo hice que empezase mis estudios en Burgos, en la que entonces era Universidad Pontificia.
Hasta su muerte 5 de octubre de 1911 viví en su compañía; y después como en su testamento,
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dicho año; siendo cura párroco Don Alejandro Arranz Diez; Alcalde Constitucional Don Isidoro
Rampérez; Teniente Don Clemente Hernado y Regidores del Ayuntamiento Tomás de Domingo,
Ventura Lorenzo, Hipólito Marcos y Santiago Hernanpérez.
Esto es un breve detalle del porqué tenemos en esta iglesia tan preciado tesoro.
Han cocedido indulgencias los Excmos Señores Obispos de esta diócesis por rezar y adorar
a la Santa Reliquia, aún cuando se conserva el diploma del Ilmo. Sr. Laguerra y Menezo en un
cuadro colocado en el presbiterio. En las dos fiestas principales de la villa que son el 14 de
Septiembre y el 3 de Mayo se lleva en procesión, y por la tarde se da a adorar a los fieles.
En las tormentas y tempestades -aún cuando los párrocos no tienen obligación- no obstante
casi todos sacan esa preciada reliquia al atrio de la iglesia y con ella se hacen las bendiciones que
prescribe el ritual para estos casos.
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Reliquias de San Gregorio, Obispo de Ostia, llamado el Ostiense, y cuya fiesta celebra la
Iglesia el día 9 de mayo. De San Blas, de San Gil. de San Román, de San Alejandro, de San
Patricio y Santa María.
Todas estas reliquias, huesecillos pequeños, están puestos en el medallón de plata y entre
dos cristales, teniendo cada uno de los huesos escrita en derredor el Santo a quien perteneció.
Las ha regalado este indigno párroco a esta Iglesia, en la cual fue bautizado, confirmado,
recibió la primera comunión y por vez primera celebró en ella el Santo Sacrificio de la Misa.
De cómo y cuándo poseía yo estas reliquias le diré a mis queridos feligreses con la mayor
brevedad posible.
Pertenecieron y según testimonios fidedignos de quien vivió en su compañía, los llevaba
continuamente en el pecho el Excmo. Sr. Don Anastasio Rodrigo Yuste, hijo de El Burgo de
Osma y obispo, primero de Salamanca y después arzobispo de Burgos hasta su muerte el año
1882.
Cuando ocupaba la sede de Salamanca llevó de familiar a aquel palacio episcopal a un
sacerdote oxomense natural de La Aguilera que en tiempos del Ilmo. Señor Hercos San Martín
fue vicerrector de nuestro seminario y profesor del primer año de teología, que llamaban
entonces " Lugares Teológicos ".
Este señor que vivió siempre en compañía del Excmo. Rodrigo Yuste y que en Burgos fue
secretario de Cámara, can´nigo, dignidad de Arcipreste y por último Deán de aquella
Metropolitana, al morir el citado arzobispo, heredó entre otros recuerdos pertenecientes a aquel,
este medallón de reliquias. Este señor a que me refiero el M. I. Sr. Deán Don Nicolás Márquez y
Soto que pronunció la oración fúnebre en las exequias del arzobispo.
Como este señor tenía grandes amistades con algunos miembros de mi familia quiso y así
lo hice que empezase mis estudios en Burgos, en la que entonces era Universidad Pontificia.
Hasta su muerte 5 de octubre de 1911 viví en su compañía; y después como en su testamento,
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