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CASTILRUIZ: IV. CRÓNICA BIOGRÁFICA DEL P. ÁNGEL JIMÉNEZ SANZ...

IV. CRÓNICA BIOGRÁFICA DEL P. ÁNGEL JIMÉNEZ SANZ

Después es destinado a Lima como prior y párroco de Ntra. Sra. de La Caridad. Enriqueció el templo con espléndidos marcos para las imágenes del retablo y del sagrario. Además encargó al P. Esteban Peña, oar, ya reconocido artista, dos cuadros gigantes (El Descendimiento y La Duda de Tomás) que lucen en un lienzo de la iglesia de Ntra. Sra. de La Caridad. Quiso llegar de alguna manera a quienes no se acercaban a la iglesia y llevarles el pan de la Palabra. Para ello, se imprimía el boletín Caridad, que era distribuido por los mismos jóvenes de la parroquia. También dio clases de Filosofía de la Religión y de Sicología en la vecina Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. Consideraba la enseñanza como parte de su labor pastoral.

En el trienio 1990-1993, es nombrado Prior del Monasterio de San Millán de la Cogolla y, a la vez, párroco de la Parroquia de San Roque de esta misma localidad. Entre otras tareas llevadas a cabo, restructuró y embelleció la Capilla del pueblo de San Millán.

Desde 1993 a 1996, es enviado a colaborar con la hermana provincia de San Agustín, en California, USA, donde desempeñó diversos ministerios y atendía a las numerosas y nutridas Comunidades Neocatecumenales. Tras el trienio en California, retorna a su provincia de San José, y, durante el curso de 1996-97, forma parte de la Comunidad del Convento de Sto. Tomás de Villanueva, en Salamanca.

Luego pasó a la comunidad de Sta. Florentina en Madrid como vicario parroquial. Y desde julio de 1999 ejercía como Administrador parroquial de la Capilla de San Antonio de Padua de las Cárcavas, de la cual, al ser costituida en parroquia, fue nombrado su primer párroco. Misión especialmente difícil, en esos durísimos años de oficial y desbocada ofensiva neopagana, el presentarse y hacer presencia diaria como párroco, visitar casa por casa a las familias, celebrar diariamente la misa, aunque al principio -y por largo tiempo- solo asistieran a la eucaristía y al rosario dos o tres personas, (que él cariñosa y acertadamente llamaba “mis santas mujeres”), ofrecerse a atender sin falta a todos los enfermos, formar conciencia de comunidad parroquial, acomodar la Capilla, adecentarla y mejorarla en lo posible, dotarla de un amplio salón parroquial, etc.

Al inquieto y fogoso P. Ángel, le bullía en la cabeza la idea de un nuevo templo. Formar consejo, convocar reuniones, acoger pareceres, papeleos, gestiones, demoras “burocráticas” y trámites, desde hace varios años, ocuparon no poco el tiempo y las fuerzas del P. Ángel. Por fin, el 23 de junio de 2013, el Sr. Arzobispo de Madrid, Card. Antonio Ma. Rouco Varela, en presencia del párroco, invitados y feligreses, bendecía la primera piedra del nuevo templo parroquial, cuya maqueta se mostraba a los ojos de todos. Uno es el que siembra, otro el que riega y así, Dios da el incremento. El P. Ángel verá la iglesia terminada y crecida la comunidad parroquial desde el gozo del cielo.

En la nota necrológica del Provincialato (23 nov. 2013), leemos que en la vida del P. Ángel, “hemos de destacar el celo pastoral en los ministerios que se le han confiado; asimismo, su entrega a las Comunidades Neocatecumenales. Han sido patentes las cualidades de fraile emprendedor, fervoroso, tenaz y cercano a cuantos han compartido vida y misión: con la misma fuerza afrontaba un tema de estudio que cumplía una responsabilidad pastoral. Las horas dedicadas a estos menesteres le parecían pocas para llevar a feliz término una encomienda: elaboración de un trabajo intelectual, rehabilitación de un lugar de culto, las liturgias ordinarias o solemnes. De ello dan muestras escritos puntuales en momentos de su vida. Que Cristo, tan atento a los quehaceres de sus pastores, siente a la mesa del Reino a su servidor bueno y fiel”.

Y el Sr. Arzobispo de Madrid, Card. Antonio Ma. Rouco, escribió de su puño y letra esta nota que envió al Provincial, P. Daniel Ayala: “Siento mucho el fallecimiento de nuestro querido P. Ángel, q. e. p. d; y me uno en la oración de la Comunidad de sus Hermanos Agustinos con la celebración de la Santa Misa. Su entrega al Señor en la no fácil labor pastoral de la parroquia de San Antonio de las Cárcavas, ha sido ejemplar. Querido por feligreses y compañeros sacerdotes, habrá ya encontrado la plenitud del Amor de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Con todo afecto y con mi Bendición”.
Fdo: A. Ma. Rouco, Arz. de Madrid.

28 nov. 2013. Mons. Carmelo Martínez, Ob. de Cajamarca, me envió esta nota: “ Donato, gracias por tu persona, humanidad, fe... y por compartir todo esto en estos momentos con nosotros con motivo del paso a la VIDA de nuestro querido hermano y amigo y... SANTO ÁNGEL.
UN ABRAZO GRANDE... Y... TE ESPERAMOS para seguir disfrutando de ti y de lo tuyo y nuestro”. +J. C. M., O. A. R. O. de Cajamarca. Perú-

Al entrar como párroco de San Antonio el P. Juan Ignacio Rodríguez Trillo, pronunció estas palabras dentro de su homilía: “Es un regalo de Dios para mí estar aquí, un regalo que he recibido como una herencia, una herencia, la del P. Ángel que solo se resume en la palabra de “dar la vida”. Junto a él he aprendido que ser párroco es dar la vida, dar la vida por amor”.

Y, entre muchos con sentimientos y expresiones similares, el P. Ismael Ojeda, oar, me escribía: “Gracias, Donato, por las notas que nos has escrito referentes a los últimos días del P. Ángel. Para mí son un testimonio precioso que me consuela y motiva mi oración al Dueño de la vida. Que Ángel descanse en paz. Que su ejemplo nos estimule la fe y la esperanza. Y que tú puedas comenzar un tiempo nuevo de gracia, una etapa nueva en tu historia personal de salvación. Cuenta conmigo, Donato. Un abrazo. Que Dios siga estando grande contigo. Amén”.

IPSE PRO NOBIS ORET