CAMINO DEL URBIÓN
Cuando el viento sopla fuerte
y las brisas son heladas,
tiene el paisaje aliciente
con sus vistas encantadas.
Poder pisar el Urbión
en la fría madrugada
es vivir una ilusión
en esa sierra soñada.
Pinares en el camino
como rectos centinelas,
atrás quedo algún molino
con sus faroles y velas.
El Urbión majestuoso
con sus laderas gigantes,
el Duero nace orgulloso
entre pinos arrogantes.
En esta tierra soriana
donde el viento es romancero,
siempre es fría la mañana
y el paisaje es altanero.
Pisar tranquilo el Urbión
sin llegar a ver la niebla,
es sentir la comprensión
de este mundo cuando tiembla.
Con los fríos invernales
se vuelve blanco el Urbión,
sus piedras tan naturales
no siembran la confusión.
Desde los grandes pinares
que hacen bellas sus laderas,
el viento suena a cantares
en las dulces primaveras.
Desde Duruelo a Vinuesa
pasando por Covaleda,
en la mente se regresa
porque el paisaje se queda.
G X Cantalapiedra.
Cuando el viento sopla fuerte
y las brisas son heladas,
tiene el paisaje aliciente
con sus vistas encantadas.
Poder pisar el Urbión
en la fría madrugada
es vivir una ilusión
en esa sierra soñada.
Pinares en el camino
como rectos centinelas,
atrás quedo algún molino
con sus faroles y velas.
El Urbión majestuoso
con sus laderas gigantes,
el Duero nace orgulloso
entre pinos arrogantes.
En esta tierra soriana
donde el viento es romancero,
siempre es fría la mañana
y el paisaje es altanero.
Pisar tranquilo el Urbión
sin llegar a ver la niebla,
es sentir la comprensión
de este mundo cuando tiembla.
Con los fríos invernales
se vuelve blanco el Urbión,
sus piedras tan naturales
no siembran la confusión.
Desde los grandes pinares
que hacen bellas sus laderas,
el viento suena a cantares
en las dulces primaveras.
Desde Duruelo a Vinuesa
pasando por Covaleda,
en la mente se regresa
porque el paisaje se queda.
G X Cantalapiedra.