Aun recuerdo unas
navidades en
Deza ¡tan distinto de los
veranos vividos!.
El frio era inmenso y desagradable, sobre todo por el
agua nieve que caía.
Me imaginé que podría
nevar, pero unos me decían que no a secas, y otros, que no era normal para esas fechas. Tuve la suerte, que esa mañana, el
cielo me regaló sólo nieve. Y eso para un niño del sur, eso fue un acontecimiento. Ante la indiferencia de mis primos y
amigos, yo me sentía ante una experiencia nueva, la cogía, la masticaba, me la restregaba
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