El tío Mariano.
Hace tiempo en una tarde como esta, una tarde de
invierno, sentado delante de un café, mi padre me contó la
historia del tío Marino. Cuando avanzaba la narración y me contaba su aparición Mariana, y como la gente le siguió al Moncayo, me pareció una persona única.
De cómo la gente se unía a la peregrinación según pasaban por los
pueblos, y de la
hoguera que encendieron para pasar la
noche, que según dicen algunos, vieron desde
Deza.
El tío Mariano desde bien
joven se ganó la vida
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