La venta del borrico.
En cierta ocasión un sabio de Khelm, que siempre estaba a dos velas, con los bolsillos sin un céntimo, le dijo a su mujer:
-Me voy a la feria a vender nuestro burro.
- ¿Que te has vuelto loco? ¿Cómo te las arreglarás si él? ¿Cómo te ganarás el poco pan que comemos cada día? El asno te es imprescindible.
- No te preocupes mujer... Pediré un precio tan alto por la venta, que ninguno nos lo comprará.
Un abrazo.
CONSEJOS DEL ABUELO
Hay un antiguo refrán
del acerbo popular:
Que las mañanas de abril
son buenas para dormir.
Y yo saco del tintero
que en las de enero y febrero
debajo de buenas mantas
no me da envidia el brasero.
Cuando en marzo salga el oso
de su guarida, birrioso
tu no le tengas envidia
y sigue con tu reposo.
Y si en mayo tú prefieres
ver las flores con la albada,
a mí me dejas tranquilo
al ladito de mi amada.
Y cuando el calor aprieta
(no lo digas a ninguno)
qué bien que se está en el catre
el mes dedicado a Juno.
Y para julio y agosto
yo te doy una receta:
Que te levantes muy tarde
y te eches tu buena siesta.
Mientras el sol con sus rayos
esté haciendo la puñeta
con aire acondicionado
tu no te darás ni cuenta.
Que el verano acabará
y en septiembre ya refresca.
Y en la cama se está bien
sin sudar la camiseta.
Y hasta el treinta dormirás
roncando y a pierna suelta
y si alguien te molestara
lo mandas a cavar mielgas.
Y cuando el octubre llegue
con escarchas y rosadas
de nada se enterará
el que acaricie la almohada.
En noviembre mes de santos
y de la nieve en los altos
será tonto el que madrugue
para tropezar con cantos.
En Navidad los turrones
te los comerás con calma
y para que no se indigesten
te los comes en la cama.
Y sin prisas y jaleos
cuando caiga el viejo año
no te levantes prontito
que el oro se guarda en paño.
Que si tu cuerpo se enfría
por pegarte un madrugón
te pasarán la factura
la farmacia y el doctor.
Y si no pueden sanarte
ni aliviarte en tu dolor
de los cuartos que quedaran
cobrará el enterrador.
Que te cubrirá de tierra
como hacen con la simiente.
Con el responso del cura
te despedirá la gente.
Allí quedarás tan tieso
que no podrás ni moverte
con ese frío que llevas
para acabar de joderte.
Con las trompetas del juicio
que te tocarán a diana
tendrás que a dejar allí
el sudario de la sábana.
Y levantarte deprisa
para siempre y con desgana
tu que estabas tan a gusto
dormidito en esa cama.
Pero... si prefieres vida
y no hacer el remolón,
lo mejor… dormir muy poco
y olvidarte del colchón.
No seas calientasábanas
ni mires el calendario
y levántate prontito
tanto en junio como en mayo.
En enero y en febrero;
en abril, julio y septiembre;
en marzo, agosto y octubre;
en noviembre y en diciembre.
Y de un día tu harás dos
y de veinte años cuarenta
que el vivir es el vivir
y eso hay que tenerlo en cuenta.
Un abrazo
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