De pequeño yo aprendí que si haciás pipí en un agujero de estos, salía la araña y si pinchabas el egujero por detrás con un palo, le cortabas el paso y ya no podía meterse dentro y quedaba fuera a tu disposición, que no era otra que matarla pues era "mala". Ahora en cambio se que no hay que hacerle daño ni a este ni a ningún otro animal de nuestro entorno. Hace un par de años encontré un alacrán o escorpión debajo de una piedra, en Peribáñez y lo volví a dejar tal como estaba. Mi acompañante, decidido ... (ver texto completo)