En mi visita reciente a Deza a mediados del mes de junio, fui expresamente a ver el vertedero de animales en donde los buitres hace unos años se juntaban a cientos esperando que llegara algo que tirarse al coleto. Pues no señor; aquello es un paraje solitario, olvidado de todo bicho volador pues también eran visitantes asiduos lo cuervos y las urracas. Y es que desde que se llevan a incinerar la carroña, los buitres tendrán que comer hierba o sea volverse vegetarianos; ya no hacen falta en nuestra ... (ver texto completo)