Este pajarraco lo fabricó Enrique para espantar los gorriones de su higuera y de sus parras. A pesar de su aspecto terrorífico, los pajaritos insignificantes ellos, se lo pasan por debajo del ala pues no le hacen ni caso. Pasa igual que con los espantapájaros conveccionales que a lo último se posan en ellos y hacen "sus gracias" encima al haberles perdido el respeto.
De todas las maneras es una obra de arte.
Un abrazo.
De todas las maneras es una obra de arte.
Un abrazo.