La antigua
fuente me trae recuerdos de aquellos
felices años de nuestra niñez. Era el centro estratégico del
pueblo. Lugar de encuentro de muchas parejas. En torno a ella jugábamos y sobre ella poníamos las calaveras la
noche que ahora llaman de halowey; incluso hubo alguna exhibición de "pirotécnia". El tio Fonso, el día de la merienda del
toro nos cantaba sobre ella eso de " que tengo la pava, que tengo el pavito", etc, y que nosotros coreábamos. Un cariñoso recuerdo para él. saludos