Si al referirme a estas vertederas, digo que están fuera de uso, quizá no esté diciendo la verdad. En realidad, debería decir, vertederas para la chatarra pues no se van a usar nunca más en la vida y sólo servirán para hierros viejos. Y no precisamente porque estén en mal estado, sino porque el progreso las dejó inservibles teniendo todavía mucho valor como herramienta dormida, que trasladada a otro lugar del planeta sería la vedette del entorno, en muchos kilómetros a la redonda.
Si este símil lo hago con nuestro pueblo, debería decir que Deza está igualmente para la chatarra, no porque carezca de valor, belleza, historia... etc., etc.; sino porque le falta lo principal. Y lo principal, según mi opinión, estaría en una política completamente diferente a la practicada por los distintos gobiernos que han regido en España, desde hace ya muchos años, mejor dicho, desde siempre. Ninguno de ellos ha favorecido a los pueblos. Y los pueblos están siendo abandonados en masa, por falta de futuro, como dice nuestro comunicante anterior. Los políticos no sacan votos en nuestros pueblos. Lo dice el abuelo en una poesía dedicada a La Alameda pueblo de nuestra pedanía, sin vecino alguno, en invierno.
“... Y al gobierno no le importa
Que haya pueblos tan vacíos
Mientras cuatro agricultores
Se arrastren por los caminos
Con máquinas y tractores
Que les cosechen los trigos
Y les saquen las castañas
Sin quejas y sin rüidos
Pues por mucho que ellos griten
Nunca oirán sus quejidos.
Si sacaran muchos votos
Para aumentar sus partidos
Ya sería otro cantar
Pues vendrían como amigos
Y echarían una mano
Para cambiar los destinos
Y no estarían así
Estos pueblos ya caídos.
Un saludo. Abuelo vuelve.
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